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VILAFRANCA DEL PENEDÈS, BARCELONA
Los dueños de perros en Vilafranca del Penedès deberán limpiar con agua los orines de sus mascotas
A partir de ahora, los vecinos de Vilafranca, cuando saquen a pasear a sus perros, deberán llevar encima una botellita de agua para no ensuciar las vías o espacios públicos. De momento no se prevé multar a los propietarios.
Los dueños de perros en Vilafranca del Penedès deberán limpiar con agua los orines de sus mascotas en la vía pública para cumplir con la nueva ordenanza de animales aprobada inicialmente por el ayuntamiento, informa el consistorio.
A partir de ahora, los vecinos de Vilafranca, cuando saquen a pasear a sus perros, deberán llevar encima una botellita de agua para cumplir con esta innovadora medidas de la ordenanza y por este motivo, según explica la concejal de Salud, Anna Doblas, de momento no se prevé multar a los propietarios que no rieguen la orina con agua, ya que primero se pretende sensibilizar. No obstante, Doblas ha dejado claro que si la Policía Local observa reincidencia o falta de voluntad de corregir la conducta, podrá acogerse a la normativa y tipificarse como infracción leve o grave, dependiendo de la intencionalidad, con multas que van desde los 100 hasta los 2.000 euros.
Según Anna Doblas las personas que paseen los animales deben adoptar las medidas adecuadas para no ensuciar las vías o espacios públicos y están obligadas a recoger y retirar los excrementos del animal inmediatamente y ahora también limpiando, si fuera necesario, la parte de vía, espacio público o mobiliario que hubiese resultado afectado para evitar su degradación y como medida higiénica.
Otras medidas nuevas de la ordenanza son la obligación de los propietarios de determinados animales de compañía a esterilizarlos y, además, cuando una persona quiera pedir licencia para tener un perro potencialmente peligroso, desde el ayuntamiento se querrá saber la procedencia del animal para evitar la venta y cría ilegal de este tipo de animales. Finalmente, el texto también prevé la entrada de animales en establecimientos públicos de hostelería y restauración a discreción del titular, siempre que no se ponga en riesgo la seguridad de los alimentos y es el responsable del restaurante quien debe indicar si está permitido o no que puedan entrar.
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