Hay cerca de 9 millones de Testigos de Jehová en todo el mundo, tienen congregaciones en 240 países. Aquí, en España, son más de 100.000, aunque su presencia es cada vez menor. Ellos se definen como una organización cristiana que proclama las enseñanzas de la Biblia pero la mayoría de la gente les consideran una secta.
Israel tiene 45 años y ha sido Testigo de Jehová durante 31. A los cinco años sufrió un abuso sexual, pero tardó muchos más en denunciarlo. No sirvió de nada. "Están dejando a una persona que abusó de mí a cargo de una congregación. Me dijeron que no iban a hacer nada y me aconsejaron que confiara en Jehová", cuenta.
El suicidio de su hermana, lo cambió todo. Fue cuando comenzaron las preguntas sin respuesta y el desenlace más temido. "Expulsarte quiere decir que te dejas de relacionar con tu familia, con tus amigos, con todas las personas con las que te has reunido durante décadas porque tú has vivido como en una jaula", relata.
La vicepresidenta de la Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová, una plataforma que acaba de salir a la luz, fue ayudada por su hija, de 21 años, para salir de ahí. "En el momento que decidimos salir, las cosas se empezaron a complicar", reconoce.
Recibió multitud de mensajes, llamadas y whatsapp, un acoso que no cesó. La respuesta de la organización fue simple: lo hacían para cuidarles.
Chema tiene 46 años, 45 de ellos dentro de la organización, y la culpa todavía le persigue. "El que sale de ahí dentro sale con unos problemas mentales alucinantes", reconoce.
Ha perdido el contacto con la mayoría de su familia: "a mi hermano, a mi sobrinos, a mi madre incluso, no nos cogen el teléfono".