La Inspección Educativa está trabajando en un expediente de información reservada que ha abierto a raíz de las informaciones que surgieron sobre el caso de un niño de 8 años con autismo que podría haber sufrido vejaciones y malos tratos en el Colegio Público de Educación Especial Santiago Ramón y Cajal, en Getafe, por parte de varios trabajadores del centro.
Fuentes del departamento que dirige Rafael van Grieken han señalado que este expediente es un paso previo para evaluar si se toma algún tipo de actuación contra las profesoras investigadas por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Getafe número 1 tras una denuncia de la familia presentada el pasado mes de enero.
En concreto, la Inspección podría abrir un expediente disciplinario en el caso de que hallaran indicios de alguna irregularidad en el comportamiento de estas trabajadoras, o mala praxis. En el caso de abrirlo, se elevaría a la Consejería de Educación, para que el departamento de Recursos Humanos tomara medidas.
De momento, los inspectores designados trabajan en este expediente de información reservada tras conocer por los medios de comunicación unas grabaciones donde se escucha a las docentes reírse del pequeño y a éste quejarse del trato. Las grabaciones las obtuvieron los padres después de colocar un dispositivo al menor en la ropa, tras haber detectado un cambio brusco en su comportamiento y descartar que tuviera que ver con algún síntoma de su enfermedad.
El juez y la Fiscalía han convalidado esta prueba y, además, el magistrado ha ordenado el cambio de centro del menor, que ya está adaptándose a otro colegio.
El Juzgado ya está investigando a tres trabajadoras por un presunto delito de acoso y trato degradante así como uno de lesiones psicológicas. En concreto, han declarado la tutora del menor, otra profesora de apoyo y una auxiliar de enfermería del centro.
Además, ha tomado declaración en calidad de testigos a otras tres personas más, como la directora del centro y la jefa de estudios, y tiene sobre la mesa la solicitud de más testificales que ha solicitado la defensa, como la de los monitores que cuidaban el patio y el comedor, han explicado fuentes jurídicas.
Vejaciones en las grabaciones
En las grabaciones se escucha a una trabajadora, en tono alterado, que no deja levantarse al niño porque no ha terminado o al menor diciendo que va a estar bien, o que le suelte porque le "da miedo". "No me asustes", llega a decir el niño, mientras la trabajadora le dice "que te aguante tu tía".
También se escucha a la profesor o monitor riéndose de él por su forma de hablar o amenazando con pincharle en el culo si se porta mal o con echarle agua encima. También le llegan a decir que es "más vago que la chaqueta de un guardia" o se burlan de él diciéndole que es "muy listo".
Desde la Consejería de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid explicaban que tuvieron conocimiento del caso el pasado mes de noviembre, cuando los profesores estaban cambiando de ropa al alumno y se encontraron con que llevaba un dispositivo de grabación, pero que hasta este jueves no habían conocido el contenido de estas grabaciones.
Al preguntar a los padres al respecto, éstos explicaron, según Educación, que se trataba de un GPS para tener localizado al pequeño en caso de pérdida y que después de este descubrimiento, el menor no volvió a acudir al centro. Un mes más tarde, la familia denunció a la dirección del propio centro que su hijo podría haber sufrido malos tratos y vejaciones por parte de algunos trabajadores del centro.
La dirección del centro, tras tener conocimiento de esta denuncia, lo elevó a la Consejería, que trabajó en dos vías: la inspección educativa y la Unidad de Acoso Escolar, recientemente creada para este tipo de casos. Comenzaron a trabajar en este sentido, y de forma paralela llegó la denuncia ante el juez.