El acusado de haber asesinado a su pareja en la madrugada del 9 de diciembre de 2015 en Fuerteventura, tras propinarle 15 puñaladas delante de su hijo, de 7 años, ha afirmado ante la Audiencia de Las Palmas que no quiso matarla y que ella intentó agredirle primero con un cuchillo. En la primera sesión del juicio que se celebra ante un tribunal de Jurado, el acusado, Henry Danny G.H., de 35 años, ha afirmado que "no sabía lo que hacía", una versión que rechazan tanto la Fiscalía como la acusación popular ejercida por el Instituto Canario de Igualdad (ICI), porque contradice las pruebas recabadas en la instrucción.
El único testigo de los hechos, el hijo de la víctima, testificó ante el juez encargado del caso que vio cómo el acusado mató a su madre, que ella no tenía ningún cuchillo para agredirle y que solo gritaba y pedía auxilio, en una declaración que ha sido reproducida en vídeo para que la valore el Jurado. La fiscal de Violencia de Género Beatriz Sánchez y la acusación popular han recordado además que Henry Danny G.C. ya había sido denunciado por la víctima por malos tratos y por otra pareja anterior.
El Ministerio Público pide que el procesado sea condenado a 22 años de prisión, pena que eleva a 25 años la acción popular, que rechaza que exista arrepentimiento por su parte, pese a que tras apuñalar a su pareja en la casa que compartían, en Puerto del Rosario, se presentó en la comisaría y reconoció los hechos.
La Fiscalía, además de pedir que se prohíba al acusado acercarse al menor y residir en la isla de Fuerteventura durante 10 años, exige que se le imponga el pago de una indemnización de 60.000 euros al niño, mientras que el ICI reclama 300.000 para el hijo de la víctima y 120.000 euros para la madre de la fallecida. El abogado de la defensa, Ignacio López de Vicuña, solicita una condena de 7 de años de prisión por homicidio, con el atenuante de confesión.
El acusado ha descrito a la fallecida como una persona "muy celosa" y "controladora" y que el día que sucedieron los hechos le impidió salir del domicilio familiar para ir al médico porque se encontraba mal de la garganta. El procesado ha manifestado que se quedó "paralizado" al ver a la fallecida en el suelo de la cocina y que, pese a que ella le dijo que no fuera a la Policía porque la "culpa" era suya, se fue a la comisaría a pedir ayuda.
Así mismo, ha dicho no recordar haber dejado un ojo morado de un puñetazo a la víctima, ni haberla agarrado por el cuello antes de apuñalarla y dado patadas cuando ya estaba en el suelo después de apuñalarla, ni tampoco que su hijo tratara de impedir que siguiera con su agresión. Según el acusado, los golpes que se le atribuyen se los debió de hacer al caer al suelo. En esta primera sesión también ha declarado el padrastro y la madre de la fallecida, quienes junto a una amiga, cenaron con la pareja en la casa donde sucedieron los hechos.
El padrastro ha dicho que celebraron su cumpleaños en un ambiente festivo, el normal, y que no se le pasó "por la cabeza" que pudiera ocurrir lo sucedido, si bien ha descrito al acusado como una persona de carácter violento y que la relación que mantenía con la única hija de su mujer "nunca la vio con buenos ojos".
Así mismo, ha manifestado que el niño le dijo que el acusado le impidió ayudar a su madre, mientras que la progenitora de la fallecida ha relatado que su nieto le contó "que cogió a su madre de la mano y la llevó al segundo piso para pedir ayuda". En cuanto a la relación que mantenía su hija con el acusado, ha señalado que le comentaba que discutían mucho y ha rechazado que fuera celosa y controladora como sostiene Henry Danny G.H.. El juicio continuará este martes con la prueba testifical, según ha indicado el presidente de la sala, el magistrado Salvador Alba.
