El caso conocido este martes de la humillación sufrida por un indigente en Benidorm (Alicante) al que se tatuó en la frente, a cambio de 100 euros, el nombre de un turista británico que celebraba una despedida de soltero, se suma a otros sucesos de vejaciones a vagabundos y mendigos, ocurridos en España en los últimos años.
Las celebraciones festivas o deportivas y el uso de las nuevas tecnologías, que permiten divulgar por las redes la vejación, han incrementado estas situaciones, que, a menudo, afectan a ciudadanos extranjeros que llegan a la pobreza por las drogas o el alcohol.