No hay Navidad sin una visita al Belén de Valga, en Pontevedra. Una representación con 25 años de vida que comenzó como pasatiempo para cuatro amigos. “Nos fuimos juntando, haciendo figuras, luego casas, castillos y… Aquí tienes todo esto”, nos muestra Sito, uno de los más veteranos.
El resultado: 400 metros cuadrados de representación y 4.500 figuras que comienzan a perfilar pasado el verano. Aquí la tradición no se riñe con la novedad y cada año incorporan nuevos personajes para que el visitante tenga con qué entretenerse.
Este año, como no podía ser de otro modo, la pandemia ocupa buena parte de la superficie sobre la que se asienta el belén. Tenemos hospitales colapsados, puntos de autocovid, camillas y pruebas PCR. Pero también han sabido buscarle el humor a la pandemia y llega de la mano de Donald Trump. El norteamericano queda representado con un disfraz de Superman y una botella de lejía en la mano, a modo desinfectante.
No faltan más políticos, Joe Biden, Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, este último poniéndose la vacuna de la gripe. Y, si echamos un ojo a la actualidad, viene de la mano de uno de los nuestros: Vicente Vallés no falta en este Belén, inmortalizado en pleno informativo.
Por primera vez encontramos también personajes que ya no están entre nosotros. Un lugar bastante amplio, en primera línea del espacio, recuerda a Lucia Bosé, a Pau Donés o a Diego Armando Maradona, entre otros.
En fin, los personajes son casi infinitos y las ganas de seguir trabajando cada año en ellos sigue creciendo pese a la situación. “Este año meditamos mucho si hacer el belén como siempre y, aunque no ha podido trabajar todo el mundo que hubiese querido porque el miedo al contagio existe, lo hemos sacado adelante con la misma ilusión de siempre”, explica Sito, que no puede ocultar cierta sonrisa tras la mascarilla.
El Belén de Valga cumple 25 años más vivo que nunca.
