Doctor Lucas Álvarez tiene solo 24 años pero lleva ya dos años ejerciendo en cuidados intensivos en Reino Unido. Su fortaleza mental y compromiso con su profesión se cimentó hace años a través de una experiencia personal que le marcaría para toda su vida. Es aquel niño que salvó a su madre de morir en el tsunami de 2004 y que posteriormente se pudo reunir con la familia. Allí, al lado de su madre, en la cama, fue donde prometió que sería médico y que salvaría vidas. Después, esta historia se llevó al cine con la película 'Lo imposible'.
Él mismo explica que fue una "experiencia única y desafortunada en su momento", pero desde entonces le pareció "casi lógico" devolver hasta cierto punto esa deuda que se le quedó: "Es lo que me tira para adelante".
Así responde a las preguntas de Mónica Carrillo y Matías Prats en Antena 3 Noticias Fin de Semana sobre la situación por el coronavirus en Reino Unido.
¿Cómo está la situación en estos momentos?
Es más complicado de lo normal pero la gente está poniendo todo el esfuerzo del mundo.
¿Hay riesgo de colapso del sistema sanitario y tienen trajes de seguridad?
Hasta ahora, sobre todo en cuidados intensivos, hemos recibido material protector decente y otros sectores han sido menos favorecidos, pero esta última semana sí que se ha empezado a notar la necesidad de improvisar. Hace un par de días nos enviaron monos de pintor y ayer por la noche tuvimos que usar delante de plástico fino. Se nota también la incidencia desproporcionada de enfermos en estado crítico que son trabajadores sanitarios.
¿Qué piensa cuando ve las calles llenas de gente?
Quiero agradecer el compromiso, la paciencia y el apoyo de todo el público que ha cumplido con las restricciones, pero es verdad que en el Reino Unido hay un número desconcertante de gente por las calles y me parece una postura muy poco acertada y arrogante frente a la gente vulnerable.
¿Cómo se puede soportar ver morir a tantos pacientes?
Hay días difíciles y muy complicados. Las historias son muy duras porque el virus afecta a gente muy joven, sin antecedentes médicos muchas veces, pero nos hemos anclado en el compañerismo. Para nosotros es un privilegio el poder seguir trabajando y saber que estamos haciendo un labor importante. También sabemos que queda mucho trabajo por venir: las secuelas tanto fisiológicas como psicológicas van a ser muy bestias y sabemos que tenemos mucho por delante.