Les grababa duchándose o aseándose desnudos a través de una cámara colocada detrás del espejo del baño. En el verano de 2015 en la localidad costera de Puntaumbría, en Huelva, el acusado alquiló su casa a una mujer, la principal víctima, y a su familia. Pero el garaje anexo no lo arrendó y allí montó todo el dispositivo de grabación y almacenamiento de imágenes.
Los inquilinos sospecharon al ver que el espejo del baño no se empañaba y tenía destellos luminosos. Al descolgar el espejo descubrieron un boquete en la pared. La vivienda y el garaje hoy están demolidos.
En total son 21 las personas espiadas y grabadas en plena intimidad. La fiscalía de Huelva pide una multa de 211.000 euros y 84 años de prisión para el acusado, aunque si hay condena, sólo cumplirá un máximo de 16.