Las protestas y manifestaciones de las últimas semanas por la libertad de Pablo Hasél han terminado con varios altercados, inmobiliario quemado y fachadas de las tiendas rotas, además de numerosos saqueos a los comercios.
Peré Aragonés, de ERC, tardó una semana en condenar lo que estaba pasando en Barcelona. La CUP pide pide la supresión de las pelotas de foam y del gas pimienta incluso de la unidad de antidisturbios de los Mossos d'Esquadra.
David Miquel, portavoz del sindicato policías de Cataluña, afirma que "es lógico y normal que pidan la eliminación de antidisturbios" y explica que eso se debe a que los antidisturbios y las unidades de orden público "son el último muro que les queda entre poder sembrar el caos libremente cuando ellos deciden o no".
Miquel ha añadido que "las calles no son de ellos, ni son nuestras ni son de nadie, las calles son de todos los ciudadanos. Y estas unidades de orden público trabajan para que esto siga siendo así".
"Es normal y lógico que el único elemento que ahora les impide poder hacer lo que quieren cuando ellos quieren y decidan es estos compañeros de orden público", explica Miquel refiriéndose a la supresión de estas unidades de policía, quién añade que no se trata de algo "casual", sino "que llevan mucho tiempo trabajando de manera lenta pero sin pausa de ir de manera paulatina desprotegiendo a los policías jurídicamente eliminando las herramientas...".
También se ha referido a que el debate se ha centrado en la eliminación de las pelotas de foam para los agentes de seguridad y no se está hablando sobre que los manifestantes intentaron quemar un furgón policial con un agente dentro.