Las víctimas de una violación muchas veces no se atreven a denunciarlo y otras temen ser prejuzgadas socialmente.
Dos jóvenes violaron a una chica y ella tardó varios días en poner la denuncia. Finalmente lo hizo y fueron condenados.
"Uno de ellos me sujetó las manos y empezaron a internar meterme mano. Yo les decía que me dejaran, pero ellos no lo hacían. Chillaba, pero había música de fondo fuera y nadie me escuchaba. Me puse a llorar porque ya me había rendido", recuerda. Tras ello les preguntó si la iban a matar ya.
"Decirle a alguien que por favor te mate es lo más duro que puedes decir. Creo que denunciar no es fácil, a lo mejor lo más fácil es callarte. Tú quieres cerrar eso en un baúl y que no salga, que la gente no te juzgue. A lo mejor no te van a creer y te preguntas cómo lo demuestras.
Yo quería luchar y que pagaran por lo que habían hecho. Cuando ves que les condenan y pagan lo que han hecho, se arrepienten y se dan cuenta de que eso no hay que hacerlo".