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Coronavirus

Ventilar las aulas en pleno invierno para evitar contagios de coronavirus, un reto para los colegios

El frío y la lluvia es otra de las dificultades por el coronavirus a las que ya están enfrentando alumnos y profesores. En zonas como Galicia van a tener que dar clase a temperaturas muy bajas.

En resumen

Llega el invierno y con él la lluvia, el frío, y algún que otro temporal, que dificultan la ventilación las aulas, una de las medidas que las autoridades sanitarias consideran esenciales para evitar que se propague el coronavirus en los centros educativos, donde se ha impuesto la norma de mantener abiertas ventanas y puertas para que el aire circule de manera adecuada.

Los colegios, en líneas generales, están optando por ventilar las aulas un mínimo de diez minutos entre cada clase y en muchos casos también mantienen abiertas o semiabiertas las ventanas en todo momento. Lo que se busca con la ventilación es la renovación de aire, es decir, la sustitución del aire interior, potencialmente contaminado, por aire que viene del exterior, que estaría libre de virus.

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y técnicos de la Asociación Mesura acaban de presentar una guía que ofrece pautas sobre cómo debe ser la ventilación de las aulas para reducir el riesgo de contagio por la Covid-19. El documento advierte de que la utilización de un ventilador en un ambiente interior cerrado no equivale a ventilar en el sentido de renovación de aire. Recuerda que la purificación del aire consiste en eliminar las partículas en suspensión, susceptibles de contener virus.

La guía hace indicaciones específicas para tener en cuenta en periodos de frío. Explica que si se opta por la ventilación natural, que es la más recomendable, se debe elegir entre la reducción de riesgos sanitarios y el confort térmico. Por ello, aconseja que los niños porten ropa de abrigo cómoda para interiores, lo que permite no abusar de la calefacción y tener las ventanas parcialmente abiertas.

En algunos centros educativos han tenido que modificar sus normas internas para permitir que los alumnos puedan estar en clase con abrigos o incluso con mantas. En otros, recomiendan el uso de chalecos, que permiten que los menores tengan el tronco protegido del frío y, al mismo tiempo, les deja libres los brazos para realizar las actividades escolares.