Jorge G.G., el amigo de Diana Quer con el que mantuvo la última conversación de WhatsApp antes de desaparecer, ha asegurado que la notó con "miedo" cuando le escribió que se estaba "acojonando" porque un "gitano" la estaba llamando, pero no creyó que pudiera pasar algo grave. Este testigo ha declarado este jueves desde Madrid por videoconferencia en el juicio que se celebra en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela, contra José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', acusado del asesinato de la joven madrileña Diana Quer.
Compañero de clase de Diana, el testigo ha declarado que antes de que Diana saliera a la fiesta de A Pobra de Caramiñal (A Coruña), donde desapareció, estuvo intercambiando mensajes con ella porque ambos habían suspendido la misma asignatura. En torno a las dos de la madrugada del 22 de agosto de 2016, Diana le mandó un mensaje en el que ponía: "Me estoy acojonando, un gitano me está llamando". "¿Qué te dice?", le preguntó Jorge por el WhatsApp. "Morena, ven aquí", le respondió Diana.
"La noté con miedo, pero nunca pensé que fuese a ser lo que pasó"
Su amigo volvió a escribir otro mensaje, pero la joven ya no lo recibió, ya que no dio un doble click. Diana le había comentado que apenas tenía batería, por lo que su amigo pensó que el teléfono móvil ya se había apagado. El testigo ha relatado que aunque la notó con miedo, no pensó que pudiera pasarle algo grave. Creyó que quien llamó a Diana sería "el típico chico con dos copas que le dice una tontería".
"La noté con miedo, pero nunca pensé que fuese a ser lo que pasó. Diana estaba sin batería, no le di más importancia. Sería el típico chico que se cruzó, le dijo cualquier cosa y se asustó", ha insistido.
Al día siguiente, Jorge envió a Diana un mensaje para darle los buenos días, pero tampoco lo recibió. El testigo se puso en contacto con una amiga común y así se enteró de la desaparición de su compañera de clase. Jorge entregó a la Guardia Civil su móvil.
También ha declarado por videoconferencia una amiga de Diana, Nerea E.G., una de las últimas personas que la vio con vida. Esta joven estaba con Diana y un amigo en el parque de A Pobra de Caramiñal sobre las 2:20 horas del 22 de agosto.
La víctima dijo que se estaba quedando sin batería, que estaba cansada y que se iba andando a casa. Vestía un pantalón corto blanco, una camiseta blanca y cazadora vaquera. Como tenía frío, Nerea le dejó un jersey gris oscuro para que se lo pusiera debajo de la cazadora. Cuando Diana se fue, le dio la cazadora a su amiga, ha relatado la testigo.
"Con lo que está pasando, nos da miedo salir solas a la calle"
Dejó de verla hasta que Diana traspasó los límites del parque, ha dicho la testigo, que no ha podido detallar si la víctima solía ir sola a su casa porque tampoco tuvo relación con ella. Ha precisado también que dos noches antes vieron a Diana en torno a las 4:30 horas subir sola la cuesta que lleva hasta su casa, caminando y mirando el móvil, y sus amigos la llevaron en coche.
La testigo ha manifestado que Diana era una adolescente de 18 años, como ella entonces, y como a todas las mujeres en esta época, "con lo que está pasando, nos da miedo salir solas a la calle, pero es lo que nos toca".
Los feriantes no notaron que hubieran robado gasoil en sus vehículos
Un grupo de feriantes que estuvieron trabajando en las fiestas de A Pobra durante la noche que desapareció Diana Quer, en agosto de 2016, han asegurado este jueves que no notaron que les hubiesen robado gasoil en sus vehículos, entre ellos furgonetas y caravanas.
Las preguntas de la acusación han ido encaminadas a determinar si existen contradicciones en la versión aportada por 'El Chicle', que afirmó que había acudido a esa zona, la calle Venecia, a robar gasoil de los vehículos. Ninguno de los testigos percibió pérdida o robo de combustible en los vehículos de su propiedad ni escuchó ruido alguno en la franja horaria durante la que Abuín aseguró haber visto a Diana en esa misma calle (entre las 2,30 y las 3 de la madrugada). Sin embargo, la mayoría de ellos ha declarado que, al tratarse de fin de semana, los puestos cerraban más tarde de lo habitual.
Asimismo, los feriantes han confirmado que la calle estaba vallada para impedir el tránsito de vehículos y la mayoría ha dicho que se trataba de una zona "oscura", aunque ninguno de ellos escuchó ruido alguno o nada que pueda confirmar si los hechos se registraron en esa zona.