Nadie quería La LOMCE en la pasada legislatura salvo el Partido Popular, y con esta ley, el ministro José Ignacio Wert, su gran impulsor, se enfrentó con la mayoría de los sectores educativos y con las Comunidades Autónomas. Cuando no eran las reválidas o la Religión, el suspenso le llegaba a Wert por el castellano y las lenguas cooficiales.
Desencuentros, caras largas e incluso plantes han sido la tónica de las reuniones de Educación entre las Comunidades y el Ministerio. El desencuentro también se ha expresado en forma de numerosas huelgas, la última hace un mes convocada por la Confederación de Asociaciones de Padres y el sindicato de Estudiantes.
La llegada de Méndez de Vigo y el cambio de orientación lo rubricó Mariano Rajoy en su discurso de investidura. Ahora, dicen, hay un cambio de aires.