Orgullo LGTBIQ+
Enfrentarse a salir del armario, un tabú que persiste: "He tenido que luchar con mi familia para que me entiendan"
Miles de adolescentes se enfrentan al echazo y discriminación de su familia y amigos por ser homosexuales, bisexuales o transexuales.
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El 28 de junio de 1969 miles de personas tomaron la clientela gay del bar Stonewall Inn de Nueva York, Estados Unidos, se enfrentó a la Policía, unos incidentes que acabaron en revuelta y sembraron la semilla del movimiento en favor de los derechos de los homosexuales.
Más de 50 años más tarde y aunque España sea uno de los países más tolerantes del mundo, a menudo salir del armario no es sencillo para muchas personas del colectivo LGTBIQ+. A menudo la familia, los amigos, el colegio, el trabajo no lo ponen nada fácil. Para muchos adolescentes puede suponer uno de los períodos más traumáticos de su vida. "Había mucha gente que me decía que todavía era muy joven para saberlo, que tenía que esperar y demás, pero cuando lo eres, es que lo sabes, da igual que tengas quince años", explica Joaquín.
Él siempre lo tuvo claro, como la mayoría de las personas LGTBIQ+, aunque asumir que se siente diferente, no es tarea fácil: "Mis padres, son unos padres maravillosos, ojalá todo el mundo pudiese tener los padres que tengo yo. El hecho de que haya costado, de que haya sido un proceso sangrante de alguna forma, he tenido que luchar con mi propia familia para que pudieran lograr entenderme completamente".
"Esa persona se puede sentir rechazada, todos necesitamos crear vínculos de seguridad, vínculos de seguridad con nuestro entorno. Si yo siento que no le importo a mi familia, a mis amigos, a mis profesores, eso puede pasar una importante factura a nivel emocional", explica Blue Rodríguez, co-coordinador Juventud LGTBI+.
"Sí es cierto que en todos los lados vas a vivir momentos incómodos, comentarios incómodos, miradas sobre todo incómodas, y vas a pasar miedo, ante eso yo creo que hay que ser fuerte y tirar para adelante", añade Rodríguez.
Homofobia en el deporte
Se estima que en España seis de cada de diez personas LGTBI esconden su condición sexual en sus trabajos, un porcentaje mucho más elevado si se compara con el deporte de elite. Ninguno de los más de mil futbolistas que militan en la LaLiga Santander y la Liga Smartbank han reconocido abiertamente su orientación o identidad de género no normativas. Una afirmación que se podría repetir en la gran mayoría de deportes de equipo. Hace apenas un mes, el futbolista del Blackpool Jake Daniels, de 17 años, se convirtió en el primer futbolista hombre en declararse gay en Europa, siguiendo los pasos del australiano del Adelaide United Josh Cavallo.
El primer futbolista en declararse homosexual fue el inglés Justin Fashanu en 1990. Sufrió rechazo y discriminación a causa de su orientación sexual.
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