Hielo
La escasez de hielo lo convierte en uno de los productos más buscados
No hay verano sin hielo, o sí. Los negocios necesitan hielo, pero las fábricas no pueden satisfacer toda la demanda y se limitan a servir a los clientes habituales.
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Ni papel higiénico, ni aceite de girasol, este verano lo que más se busca es: el hielo. Un producto que en ocasiones pasa desapercibido, pero sin el que es difícil vivir, y más en verano. Porque no hay granizado sin hielo, los refrescos saben mejor bien fríos, y hasta la forma de tomar el café cambia para muchos con este calor.
Producir hielo sale más caro
Sin embargo, las fábricas de hielo hablan ya de escasez. Durante el invierno la producción de hielo cayó en picado debido a los altos costes de las materias primas. Ha subido el precio del plástico, necesario para su embalaje; del combustible, utilizado para su transporte, y de la luz, un bien imprescindible ya que supone más del 80% de la fabricación del hielo, afirman los expertos.
Diego Sánchez, propietario de una fábrica asegura que no se trata de una falta de previsión, sino que "almacenar ahora te vale cuatro o cinco veces más que el año pasado, entonces nadie está dispuesto en el mes de febrero a asumir unos gastos que no sabes si vas a poder repercutir en el precio del saco en julio o agosto".
Aumenta la demanda de hielo y su precio
Por lo tanto, para la mayoría de los fabricantes ha resultado casi imposible almacenar en los meses de frío tanto producto como es necesario para satisfacer la actual demanda. Una demanda que ha crecido a raíz de las sucesivas olas de calor y de la reactivación del ocio y del turismo tras dos años de pandemia.
La escasez sumada a la búsqueda incisiva de hielo, que afecta especialmente a las grandes superficies, ha hecho que se haya incrementado su precio notablemente: "Ahora mismo lo pagan al precio que sea, pero ahora mismo no hay", confirma Sánchez.
Algunos bares y restaurantes ya cobran por el hielo Varios usuarios han publicado en sus redes sociales tickets de bares en los que les han cobrado el hielo de su consumición aparte, sumando 10, 15, o 20 céntimos al total de la cuenta.
Las reacciones no se han hecho esperar y son para todos los gustos. Hay quienes consideran que tiene todo el sentido que se cobre el hielo, igual que se paga por otros productos como el pan o los aperitivos, aunque la mayoría piensa que se trata de una medida abusiva. Una práctica controvertida pero cada vez más habitual en los establecimientos, una forma de hacer frente a la escasez de hielo.
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