Violencia de género
¿Cómo funcionan las pulseras telemáticas de seguimiento a agresores de violencia de género?
El Ministerio del Interior y la Fiscalía han recomendado el uso de pulseras de vigilancia a agresores de víctimas de violencia de género. Estos dispositivos alertan a la víctima y a las fuerzas de seguridad cuando el sujeto se acerca a la mujer maltratada. En España ya hay 3015 dispositivos de seguimiento de este tipo.
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El Ministerio del Interior reforzará la protección a las víctimas de violencia de género con la petición de más pulseras telemáticas para vigilar a los agresores más peligrosos. Estos dispositivos ejercen un control telemático sobre ellos. Llevan usándose desde hace más de una década, siempre con autorización judicial.
Las pulseras o brazaletes permiten geolocalizar mediante GPS al agresor. En el caso de que se salte una orden de alejamiento la víctima recibe un aviso en su dispositivo y puede ponerse a salvo y contactar de inmediato con la Policía o la Guardia Civil.
"Los policías acuden en ese momento para comprobar la posible agresión o el quebrantamiento de esa orden de alejamiento", explica José Manuel Álvarez, del sindicato policial CEP.
Según los últimos datos del Ministerio de Igualdad, en noviembre de 2022 había un 16.7 por ciento más de dispositivos de este tipo activos que en el mismo periodo del 2021. Solo en noviembre se instalaron 166 de estos aparatos, aunque se desactivaron 165.
Andalucía es la que tiene más dispositivos
Por Comunidades, Andalucía es la que más dispositivos de este tipo tiene activados, con 1.138, el 37 por ciento del total. La siguen la Comunidad Valenciana con el 37 por ciento, y Madrid con 289 pulseras.
En buenas condiciones el dispositivo recibirá una alarma cuando el agresor se encuentra a una distancia de 500 metros de la víctima .También se controla que no manipule el aparato, y en caso de que lo intente automáticamente saltaría una alarma en el centro de control.
Desde la Administración creen que se trata de un sistema efectivo y disuasorio, para evitar que los maltratadores se acerquen a sus víctimas. Pero para algunas víctimas se trata de un arma de doble filo. María sufrió años de maltrato por parte de su ex pareja. Denunció a la policía, pero rechazó la posibilidad de que su agresor estuviera controlado por una pulsera telemática. Asegura que para ello "era un maltrato psicológico, a la hora del mal funcionamiento o de la mala práctica que usan los agresores para tener siempre atemorizada a la víctima". Ese es el problema, que en ocasiones los maltratadores las usan para acosar a la víctima. "A veces este tipo de medidas son efectivas, pero a veces pueden llegar a intranquilizar a la mujer", afirma Aner Uriarte, Juez Decano de Bilbao.
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