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MENSAJES 'ATÍPICOS' EN LA PRENSA

Las esquelas más irreverentes para pasar a la posteridad de una forma inolvidable

Los mensajes póstumos de algunas esquelas han dejado atrás el habitual 'descanse en paz' para abrir paso a contenidos más personales. Hay quienes aprovechan sus últimas palabras para despacharse con aquellos familiares que le dieron de lado o para despedirse con un guiño de humor.

No somos quién para juzgar el comportamiento en vida de Doña Soledad ni de sus deudos, pero los hechos son los siguientes. La finada pasó a mejor vida a principios de septiembre dejando pagada su propia esquela, donde generosamente perdona a sus familiares al tiempo que se venga de ellos "por abandonarla cuando más los necesitó". Guarda un recuerdo muy especial para sus hermanos y su hija por "la absoluta falta de cariño que mostraron durante su larga enfermedad".

La esquela se publicó ayer en un períodico de tirada nacional y ya la tienen todos los coleccionistas de esquelas, que los hay. Gracias a ellos comprobamos que el último adios no siempre arranca lágrimas. Bien lo saben los amigos de Manuel Díaz Muñoz que hace dos años se despidieron de él así: "Manolo, no nos esperes levantado, ya iremos llegando, tú a tu aire".

¿Por qué no va a estar escrita una esquela con un tono desenfadado? Al fin y al cabo si a Don Manuel le llamaban en vida Terremoto y a Doña Elena la mujer biónica ¿por qué no hacerlo público ahora que se han ido?. Igual que pueden utilizarse las esquelas para hablar con nuestros seres queridos en el más alla y ponerles al tanto de la vida de sus hijos, como hace el marido de Elena Lupiáñez desde hace casi 20 años.

Hasta el famoso Paul, el pulpo adivino, tuvo su necrológica. E incluso el espía Francisco Paesa se autorecordó para fingir su muerte. Hay esquelas escuetas y esquelas multitudinarias, como la que ocupó una página entera para que cupieran todos los familiares. Al fin y al cabo cada cual tiene derecho a elegir como quiere pasar a la posteridad.

 

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