Ofertas falsas de alquiler
La estafa de los alquileres fantasma, la otra pandemia del verano
Cada verano, cientos de familias sufren estafas a la hora de alquilar un apartamento para disfrutar de las vacaciones. La proliferación de anuncios en diferentes páginas web posibilitan que, si no tomamos ciertas precauciones, podamos caer en el engaño.
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La historia se repite cada verano: familias que buscan alquilar un apartamento a buen precio para pasar unos días en la playa y se dan de bruces con una estafa que les amarga las vacaciones. Si nunca es agradable recibir este tipo de sorpresas, este año, en el que las restricciones por el coronavirus han limitado gran parte de nuestros movimientos, el palo es doble.
Rosa pone cara y ojos a ese problema. Ella pagó una fianza de 800 euros para reservar un piso en San Juan (Alicante), pero al no recibir noticias del arrendador conforme se acercaba la fecha pactada, comenzó a sospechar. Cientos de mensajes y llamadas después, Rosa recibió el jarro de agua fría: había sido presa de un timo. "No fuimos capaces de ponernos en contacto con él. Le llamamos cantidad de veces y no contestaron a ninguna", relata.
Otra de las damnificadas ha sido Toñi. Entre sus planes estaba pasar unas vacaciones en Conil de la Frontera (Cádiz), pero se ha encontrado con la misma realidad: "Todo parecía perfecto, pero no me mandó ningún contrato, ni ninguna reserva. Al final resultó que no había nada".
No es una práctica nueva, pero la popularización de los portales web para alquilar viviendas ha dejado más vulnerables a los consumidores si no se toman ciertas precauciones. El modus operandi siempre es el mismo: una vez que pagas todo o una parte de lo acordado, el supuesto propietario se evapora con el dinero. Y al otro lado, nada. Solo incredulidad y desesperación.
Si es demasiado bueno, no es real
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya dio cuenta de esta nueva realidad en 2019 al detectar un cambio de hábitos de los españoles a la hora de elegir el tipo de estancia temporal en verano. Hemos cambiado los hoteles por los chalets y los apartamentos. Una tendencia que ahora, en plena pandemia, tiene mayor preferencia al minimizar el contacto con extraños en espacios cerrados. Y, como no, esto ha hecho proliferar las estafas en el sector que, por si fuera poco, cada vez son más complicadas de detectar.
Las formas del engaño les resultarán familiares: pago por adelantado, phishing (suplantación de la identidad) o la clásica ganga. Por eso, desde la OCU recomiendan tomar algunas precauciones como comparar los precios y las condiciones en distintas páginas web, comunicarse a través de la plataforma y no transferir dinero desde fuera ella o de la aplicación, conservar una copia de la reserva o señal, contactar previamente con la persona física si se va a alquilar la vivienda a un particular y, sobre todo, un consejo universal: desconfiar de los chollos.
Pero la organización de consumidores da un paso más en sus advertencias. "Aunque el mayor riesgo está asociado con alojamientos que en realidad no existen, hay un alto porcentaje que, aun correspondiendo a una casa real, no son veraces sobre las condiciones que ofrecen en sus anuncios". Ante esa situación, el camino debe ser claro, denunciar a la Policía o ante la Guardia Civil.
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