Estafas

Estafan 30.000 euros a una viveirense suplantando a su banco: una pesadilla que no termina

Dolores Fernández fue engañada el año pasado y aún continúa pagando el fraude. Tiene una deuda de diez años.

Estafan 30.000 Euros a una viveirense suplantando a su banco: una pesadilla que no termina

Estafan 30.000 Euros a una viveirense suplantando a su banco: una pesadilla que no terminaAntena 3

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Cuenta Dolores que la entidad financiera de la que es cliente desde hace ocho años se niega a cancelar un préstamo de 30.000 euros concedido fraudulentamente a su nombre. "En el banco me dicen que hasta que no haya una orden judicial están obligados a pasarme el recibo", lamenta.

El pasado mes de octubre Dolores recibió una llamada telefónica de un supuesto empleado de su banco que le explicó que alguien había intentado pedir un crédito de 30.000 euros a su nombre. Le dijeron que, si no resolvía el problema en 24 horas, empezarían a cobrarle las cuotas. Dolores, aunque desconfiada al principio, siguió las instrucciones que le dieron. Los timadores, usando una web que imitaba perfectamente la de su banco, le indicaron cómo "cancelar" el crédito a través de su aplicación bancaria. Sin saberlo, lo que realmente estaba haciendo era solicitar el préstamo.

Posteriormente, y "ayudados" por la víctima, los estafadores fraccionaron la transferencia en dos pagos de 15.000 euros, enviados a cuentas en Malta. Dolores, confiada por la "autenticidad" de la llamada y las instrucciones que seguía, hizo las transferencias sin imaginar que estaba siendo engañada.

A pesar de acudir rápidamente a su sucursal bancaria en Viveiroy presentar la denuncia ante la Policía Nacional, el banco no ha logrado cancelar la operación ni recuperar el dinero. Dolores, que pensaba que todo se resolvería pronto, se enfrenta ahora a un pago mensual de casi 400 euros durante los próximos diez años.

Un pago que no puede afrontar

El impacto económico y emocional de la estafa ha cambiado la vida de Dolores. "Estoy viviendo una pesadilla. No sé qué hacer, y cada día que pasa se hace más insoportable", confiesa. Con un trabajo temporal y una situación financiera ajustada, no puede afrontar el pago de un crédito que no pidió. "Soy separada, tengo un hijo estudiando, y no tengo 400 euros al mes para pagar algo que no quiero", se lamenta.

La situación es aún más angustiante porque, a pesar de haber contratado a un abogado, Dolores no tiene garantías de que pueda anular el crédito. Los procedimientos legales son lentos, y teme que, si no se soluciona pronto, acabará en una lista de morosos, lo que agravaría aún más su difícil situación.

La pesadilla de Dolores no termina. Recientemente, recibió otro correo electrónico fraudulento de lo que parecía ser su banco, ofreciéndole información sobre el mismo préstamo. "Era el mismo timo de la otra vez, ¡me puse tan nerviosa que temblaba!", recuerda.

A medida que los días pasan y la solución parece lejana, Dolores hace un desesperado ruego: "Que me dejen vivir, por favor. No sé cuánto más puedo soportar". Con lágrimas en los ojos, pide justicia y que su historia sirva de advertencia para otros. "Mi vida ha cambiado por completo, y todo por algo que no pedí. Solo quiero que me devuelvan lo que es mío y que me dejen en paz", afirma con un profundo sentimiento de impotencia.

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