Los móviles se están convirtiendo en una de las drogas más peligrosas para toda la sociedad. En 2017 un estudio realizado por la empresa de estudios de mercado SONDEA, demostró que el 62% de los españoles consigue aislarse e ignorar todo lo que hay a su alrededor, incluso en reuniones o fiestas, cuando consulta su smartphone. Este fenómeno denominado phubbing, es una de las tendencias que las redes sociales han puesto de moda y que consiste en prestar más atención al móvil que a las personas de su entorno.
A principio de año un incendio en París demostró lo insensible que podemos llegar a ser por culpa del móvil, una española murió y su padre aclamaba así en los medios:`La gente qué poco corazón con el puto móvil en las manos, grabando´. Otro ejemplo es el accidente que tuvo un ciclista en un maratón y el aficionado lejos de ayudar, sigue ayudando. Son casos extremos de la obsesión y dependencia por el móvil que azota a la sociedad actual.
En conciertos, también han sucedido incidentes con los móviles. La cantante Adele paró un concierto en París porque un aficionado le grababa demasiado. Bruno Mars en cambio, lanzó una toalla a una espectadora que no dejaba de hacerse selfies.
Cada vez más espectáculos se sienten amenazados por esta especie esclavitud tecnológica. Algunos dirán que es la evolución de los tiempos.
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