Normativa DGT
Estas son las enfermedades con las que la DGT prohíbe conducir bajo una multa de 6.000 euros
La DGT pone en marcha una campaña de concienciación para tratar de evitar accidentes durante este período. La idea principal es intentar evitar en mayor medida la siniestralidad.
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El pasado viernes arrancó en España la operación de salida especial para Semana Santa, en la cual la Dirección General de Tráfico (DGT) espera que para este periodo se recorran alrededor de 14,6 millones de viajes por carretera, en una operación que se alargará hasta el 18 de abril -con el fin de la Semana Santa-.
Como es costumbre, la DGT pone en marcha una campaña de concienciación para tratar de evitar accidentes durante este período. La idea principal es intentar evitar en mayor medida la siniestralidad.
Una de las principales causas de accidentes al volante son las distracciones o el exceso de velocidad, aunque también influyen el estado del conductor y sus condiciones. Asimismo, existen ciertas enfermedades que inhabilitan a las personas que las sufran a conducir en un volante, según especifica la normativa. En el caso de saltarse esta norma, la DGT aplica unas multas que pueden llegar hasta los 6.000 euros.
Las enfermedades con las que no se permite conducir
Tal y como indica la DGT, por una parte, encontraremos las enfermedades digestivas. Entre ellas suelen ser frecuentes el trasplante renal, donde los pacientes deben pasar un periodo de seis meses para volver a adquirir el carné de conducir. También la nefropatía con diálisis, que no es excluyente si se presenta un informe médico de evolución favorable.
Por otro lado, existen las dolencias o trastornos oncológicos y oncohematológicos, los cuales también son reversibles y el conductor podría volver a manejar un coche en el caso de que su evolución sea positiva. En las enfermedades vasculares y cardíacas suele suceder algo parecido, pues que solo en determinados casos, como correr peligro de rotura de vasos, no se permite la conducción.
También encontramos enfermedades psiquiátricas que impiden la conducción, así como algunas degenerativas. De este modo, alcoholismo, drogadicción, depresión o ansiedad, así como alzhéimer, párkinson u osteoporosis pueden impedir la conducción para muchos usuarios.
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