Las niñas de Tenerife o José Breton, estos son los casos de violencia vicaria más conocidos en España

La violencia vicaria es aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos, especialmente de sus hijos. Son muchas las parejas que hacen daño a sus propios hijos para hacer sufrir a sus ex parejas. El último caso es el del pequeño Toni de 11 años, que ha sido apuñalado por su padre en Sueca, Valencia, es el primero de violencia vicaria de este 2022.

Durante el año 2021, fueron 7 los menores asesinados, todos ellos por sus padres biológicos. En cuanto a la relación con la madre, en 5 de los casos era el ex cónyuge, mientras que en 2 era el cónyuge. A estos datos se suma que 5 de los agresores se suicidaron después de cometer el crimen.

Los casos de violencia vicaria más conocidos en España

En abril de 2021, las pequeñas Anna y Olivia, de uno y seis años, desaparecían en Tenerife, fueron secuestradas y finalmente asesinadas por su padre Tomás Gimeno que ya había amenazado a la madre con que no volvería a verlas. Gimeno usó su barco para deshacerse de las niñas y luego desaparecía sin dejar rastro, de los 3 solo se puedo encontrar el cuerpo de Olivia. Este fue uno de los casos con el que España se volcó pero, lamentablemente, no hubo un buen final.

El caso José Bretón, en Córdoba, es otro de los que sobrecogía al país en el mes de octubre de 2011 porque Bretrón acabó con la vida de sus hijos Ruth, de seis años, y José, de tan solo 2 en su propia finca, primero los durmió y luego los calcinó con una gran hoguera. Todo ello por hacer daño a su ex mujer, él fue condenado a 40 años cárcel.

Uno de los casos más recientes de violencia vicaria en 2021 fue el que ocurrió en agosto en un hotel de Barcelona donde Martín Ezequiel, un economista de 44 años, asfixió hasta la muerte a su bebé de dos años, después se dio a la fuga y tres semanas más tarde se encontraba su cuerpo a unos kilómetros del Aeropuerto del Prat porque se había quitado la vida.

El pasado mes de diciembre ocurría el caso del fotógrafo de Lavapiés, que también mataba a su hija de 3 años y cuando la Policía llegó a la vivienda no pudo hacer nada.

La violencia vicaria

La Asociación para las Naciones Unidas (ANUE) define la violencia vicaria como la forma de "instrumentalizar a los hijos y las hijas para causar dolor a sus madres, que vivirán permanentemente con la pérdida, la carga y el sentimiento de culpa". La parte más visible de esta forma de violencia es el asesinato de las hijas o hijos porque destruye a la mujer para siempre, aunque puede ser habitual la manipulación de los niños para que fijen una postura en contra de la madre, algo que supone un daño irreparable para los menores.

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