MIR
Exilian fuera de Tenerife a una MIR presuntamente acosada por su jefe: "Es un suicidio en lo económico y en lo emocional"
El hospital no actuó ante las denuncias de Raquel Hernández, quien acusaba a su jefe de servicio de realizar "continuas y reiteradas amenazas, manipulaciones y vejaciones".
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Una Médica Interna Residente (MIR) de un hospital de Tenerifeha sido trasladada a la península para finalizar la residencia después de que denunciase un presunto acoso por parte de uno de los trabajadores del centro. Asegura que el centro sanitario "no hizo nada" por remediar una situación que ha acabado con ella en Barcelona, a 2.000 mil kilómetros de casa y con un hijo recién nacido.
Se llama Raquel Hernández y ha expuesto la difícil situación en la que se encuentra a la revista 'Redacción Médica'. Hernández comenzó la residencia de Cirugía Pediátrica en el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife, donde comenzó a recibir, presuntamente, acoso laboral por parte de su jefe de servicio.
Unas denuncias sin respuesta
Ella, junto a una compañera, solicitó que se activase el protocolo de acoso laboral en su centro sanitario por "continuas y reiteradas amenazas, manipulaciones y vejaciones". Sin embargo, denuncia que la gerencia del hospital "no hizo nada" por solucionar un problema que ya había sido denunciado por otros compañeros con anterioridad.
Con esa primera denuncia, tomó partido una empresa externa de prevención de riesgos laborales y realizó una serie de encuestas que tuvieron una participación muy baja y en las que no participaron los denunciantes. Aun así, concluyó que existía "un riesgo alto para el bienestar psicosocial", recomendando a la gerencia del centro de salud llevar a cabo unas determinadas acciones.
Entonces, la gerencia dio comienzo a una investigación y la resolución puso de relieve que los hechos denunciados podrían ser constitutivos de acoso por razón de sexo, aunque todo acabó en nada. Asimismo, ignoraron la petición de activación de medidas preventivas por parte de las denunciantes.
Exiliada en Barcelona
Al final, todo acabó con la suspensión de la acreditación docente del servicio de Cirugía Pediátrica del hospital, así como el inicio de búsqueda de un sitio para finalizar la residencia. Algo que Hernández no entiende, ya que no se trataba de un conflicto docente, "sino laboral". "La solución es mantener al denunciado en el hospital", lamenta.
Hernández afirma que el Ministerio de Sanidad les aseguró que serían llevadas a Las Palmas. No obstante, "a última hora, no nos dan ese hospital como una posibilidad y sólo nos dan opciones en la península", relata.
Un hecho del que Hernández se considera víctima. "Abres el protocolo de acoso, todos te ignoran, te desplazan de tu puesto de trabajo y aquí no ha pasado nada", manifiesta. Ahora, deberá acabar su residencia en Barcelona, lo que supone "un suicidio en lo económico y en lo emocional".
Además, Hernández tiene un bebé recién nacido, algo que todavía dificulta más el panorama. Por ello, va a solicitar hacer turnos de 12 horas para evitar las guardias de 24 horas, aunque no tiene muchas esperanzas puestas en esta opción. "Sé que no me la van a dar", dice.
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Por ese motivo, deberá rascarse un ya maltrecho bolsillo, llevarlo a una guardería y "contratar a una persona en casa para las guardias". Un "exilio" de siete meses que espera que acaben lo antes posible para poder volver a Tenerife.
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