El falso inspector del gas, el del familiar en apuros, el de la grave enfermedad... Así son algunos de los timos más habituales

Los timos de la estampita, el nazareno o el tocomocho siguen funcionando, pero el ingenio de los delincuentes va creando nuevos engaños de forma permanente. Los nombres cambian y ahora hablamos del timo del falso inspector del gas, del familiar en apuros o de las donaciones falsas. Nuevas técnicas para el mismo objetivo: buscar personas vulnerables a las que engañar y sacarle cantidades de dinero que pueden ir desde unos cientos de euros a varios miles.

Comenzamos con el timo del familiar en apuros. "El objetivo es ganarse la confianza de la víctima para hacerles creer que alguien de su entorno familiar se encuentra en una situación de emergencia o en apuros y solicitarle determinada cantidad de dinero", explica Alicia Trujillo, portavoz de la Dirección General de la Guardia Civil. Ese intento de engaño puede llegar a través de una llamada telefónica o una visita al domicilio de la posible víctima. Hay diversas excusas. Desde el familiar que ha tenido un problema con su coche y necesita dinero para una grúa. O el que necesita un taxi para llegar a una conexión urgente de un vuelo. En el caso de las llamadas telefónicas los timadores pueden intentar hacerse pasar directamente por el familiar.

Mantener la prudencia

"Mantener la prudencia y con una llamada telefónica verificar si ese familiar se encuentra bien o la supuesta emergencia es cierta", es el consejo que dan desde la Guardia Civil. Aunque los timadores ya habrán pensado sus argumentos para justificar que la llamada telefónica sea desde un teléfono diferente o que el familiar en ese momento no puede atender una posible llamada.

Uno de los más habituales es el timo del falso inspector del gas. Una o dos personas llegan al domicilio de la víctima. Aseguran ser inspectores de la instalación del gas y que ya le corresponde realizar la revisión periódica. En ocasiones pueden ir vestidos con ropa de trabajo e incluso con falsas acreditaciones. Si la víctima cae en el engaño, entrarán en la vivienda y aparentarán revisar la instalación o incluso realizar algún pequeño cambio. Y luego pretenderán cobrar en efectivo. En este caso los consejos son sencillos. "Las empresas suelen avisar mediante carta que llega al buzón o a la comunidad de vecinos de la inminente revisión y, además, nunca se cobra en efectivo, sino a través de la factura mensual", explica la agente Trujillo.

Las víctimas preferidas, personas mayores

En los timos del falso instalador del gas, la estafa suele ir acompañada de robos en los domicilios. Una vez que han accedido a la casa, mientras uno aparenta realizar la revisión, su compinche aprovechará para robar objetos, joyas o dinero que encuentre. Las víctimas habituales son personas mayores que viven solas y a quienes es más sencillo confundir sobre la necesidad de la revisión. "Las personas mayores son un colectivo muy vulnerable y sería importante, para las que viven solas, que sus familiares las visiten con frecuencia y les pregunten qué personas las han visitado en los últimos días, informándoles de que este tipo de estafas existen", añade la guardia civil.

Este timo tiene su versión más elaborada. Los Mossos d'Esquadra han detenido en Barcelona y Tarragona a cinco personas a las que acusa de estafa, hurto, robo con intimidación y pertenencia a organización criminal. Realizaban una llamada telefónica previa a la víctima para alertarla de un error en el contador o en la factura por valor de unos 300 euros y le advertían que era el último día para solucionarla. Para ello enviaban al domicilio a dos personas, habitualmente mujeres, que aparentaban ser inspectoras de la compañía y que realizaban la falsa inspección. Si la víctima era fácilmente influenciable, llegaban a obtener sus tarjetas y datos bancarios para solucionar el supuesto error de facturación. A partir de ahí, sacaban dinero de sus cuentas mediante transferencias o reintegros en cajeros.

El timo de la falsa donación

En el timo de la falsa donación, los estafadores suelen situarse en lugares muy transitados de las ciudades y aseguran ser miembros de desconocidas ONG o asociaciones de ayuda a colectivos con alguna discapacidad. Apelan a la solidaridad para reclamar la ayuda de quienes abordan. También existe la modalidad del niño enfermo o de la persona con una grave dolencia para la que no hay tratamiento en nuestro país. Este tipo de casos buscan también la difusión en redes sociales o medios de comunicación. "Es importante saber con quién estamos hablando y sobre todo informarnos si esa supuesta organización es legítima y está acreditada", explica la agente.

En su perfil de Twitter, la Guardia Civil ha iniciado una campaña de publicaciones en la que informa de estos y otros timos habituales. También de la forma de no caer en el engaño. Una prevención en la que es fundamental la prudencia y el sentido común.

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