Piano

Ferrol celebra una nueva edición del Concurso Internacional de Piano

El XXXII Concurso Internacional de Piano que se celebra en la ciudad gallega lleva los pianos a la calle y la música a cada rincón.

Ferrol celebra una nueva edición del Concurso Internacional de Piano

Publicidad

Un piano de cola Yamaha C7no se ve todos los días, y menos en mitad de un casco urbano. Ferrol celebra una nueva edición del Concurso Internacional de Piano, en el que participan 239 países de casi 30 países. Durante varios días, los amantes de la música, y con ciertos conocimientos, pueden acercarse a la Plaza de Armas y sentarse a disfrutar de acariciar cada una de las teclas.

Esta edición, después de que el pasado año la pandemia frenase la celebración del certamen, ha arrancado con mucha fuerza, en primer lugar la organización lanzó un mensaje a la ciudadanía para acoger en sus hogares a los participantes del concurso de forma gratuita, y ahora han sacado la música a la calle.

"El objetivo es conseguir llegar a todo el mundo con este certamen, en una edición especialmente difícil", explican desde la organización. Por eso, y teniendo en cuenta que muchos de los participantes son jóvenes y sin grandes ingresos económicos decidieron reclutar a una serie de familias para acogerles, de modo gratuito.

Solo es necesario algunas nociones básicas

En cada una de las casas la rutina de "apadrinamiento" es diferente, no existe un patrón común. "Algunos tienen piano y se lo brindan de forma desinteresada, otros no poseen instrumentos pero sí coche y les pueden trasladar por la comarca los días que estén aquí; y otros tantos sólo tienen ganas de charlar con personas nuevas en idiomas diferentes y seguir aprendiendo", comentan los organizadores.

Con los participantes ya en la esquina noroeste del mapa peninsular, solo faltaba la música. Ha llegado esta misma mañana cuando un piano ha sonado, por primera vez y hasta el próximo 7 de mayo, en la céntrica Plaza de Armas. Su uso es para todos, siempre que se tenga una noción básica para evitar dañar el instrumento, y con solo apuntarse en una lista, cualquier persona se puede sentar frente a un piano de cola para todos los públicos.