La financiación de los talibanes: la heroína y el impuesto al campesino

Los talibanes fueron derrocados en 2001, pero se desplazaron por Afganistán ganando rápidamente nuevos territorios en los últimos meses al retirarse las últimas tropas estadounidenses.

En los años de resistencia armada, los talibanes han seguido controlando el territorio, particularmente en el este, frontera con Pakistán, ante este hecho han podido explotar varios recursos. El opio ha sido uno de ellos, una droga que sitúa a Afganistán en el primer puesto mundial de exportación de heroína.

Los talibanes han sabido explotar bien el comercio del opio, ya que en cada fase de la producción interpusieron un impuesto que les sale rentable al 100%. Además tienen acceso al comercio ilegal de producción y venta de minerales.

Pero no solo han tenido beneficios de fabricar y exportar esta droga, ya que en los territorios donde han estado durante todos estos años, los campesinos han sufrido las consecuencias de los talibanes exigiéndoles un "impuesto" que les ha otorgado muchos beneficios: un 10 % de las cosechas y un 2,5 % de impuesto a la riqueza.

César Gudes, jefe de la oficina de Kabul de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), declaró a Reuters: “Los talibanes han contado con el comercio de opio afgano una de sus principales fuentes de ingresos. Una mayor producción trae consigo drogas con un precio más barato y atractivo, y por tanto una mayor accesibilidad”.

Un estudio llevado a cabo por la OTAN en 2020, y difundido por Radio Free Europe, señaló que los talibanes ganaron ese año 1.600 millones de dólares, una cantidad que –según los analistas militares– les permite autofinanciarse sin necesidad de recurrir a la ayuda de otros países.

Además el informe también señala que "el grupo también obtenía dinero de la minería, los bienes inmuebles y benefactores regionales no identificados".

Armas

A medida que los talibanes han ido avanzando por Afganistán, han robado las armas que Estados Unidos entregó al ejército y a las fuerzas policiales.

Los grupos también cuentan con armas y equipos donados por grupos o estados que simpatizan de algún modo con su causa. Estados Unidos acusó anteriormente a Rusia de apoyar y proporcionar armas a los talibanes en 2018.