La Fiscalía ha decidido mantener la petición de penas en el crimen de Patraix, al que ha calificado como "crimen perfecto, planificado por ella y ejecutado por él", que se saldó con un fallecido de seis puñaladas en agosto de 2017. El fiscal ha pedido 22 años para la mujer de la víctima, María Jesús, conocida como Maje, y otros 18 para uno de sus amantes, Salva.
Por su parte, la defensa de Maje reclama la absolución para su representada, mientras que la de Salva reconoce el delito de asesinato pero pide aplicarle dos circunstancias atenuantes para rebajar la pena: la confesión tardía y la reparación del daño. De aplicarse, solicita que la condena para su cliente sea de siete años y medio de prisión.
La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, mantiene su petición de 25 años de cárcel para Maje mientras que ha rebajado lo solicitado para Salva de los 20 años iniciales a 16.
El fiscal ha insistido en que el plan era conjunto y considera que sin la ayuda de Maje, Salva no hubiera podido perpetrar el asesinato de Antonio. Sobre Maje y Salva ha destacado las vidas paralelas que llevaban: "Llega un momento en el que él se enamora perdidamente de la acusada y es dependiente de ella. Lo hace todo junto a ella, le lleva la compra, le saca billetes de transporte e, incluso, le compra faldas".
El crimen tuvo lugar el 16 de agosto de 2017 en un garaje del barrio valenciano de Patraix. Los dos acusados, compañeros de trabajo en un hospital, han mostrado versiones distintas: mientras Salva ha reconocido el asesinato y ha incriminado a Maje, a la que ha apuntado como ideóloga, la mujer lo ha negado y ha asegurado que "jamás" planificó nada, solo encubrió.
