Crimen de Godella
Los forenses afirman que los niños de Godella fueron asesinados con una "tremenda violencia"
Los forenses que practicaron la autopsia a los niños asesinados presuntamente por sus padres han testificado en la quinta sesión del juicio del crímen de Godella.
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Los forenses que practicaron la autopsia a los dos niños asesinados en Godella han declarado ante los tribunales que murieron por impactos repetitivos y de "tremenda violencia". Lo han dicho durante la quinta sesión del juicio y los especialistas que se encargaron del caso también han adelantando que "un solo adulto se bastaría" para cometer el crimen.
La Audiencia Provincial de Valencia ha celebrado este viernes la quinta sesión del juicio contra Gabriel y María, los padres de los niños que fueron asesinados en la localidad de Godella en marzo de 2019. Los cuerpos de los pequeños fueron encontrados en el jardín de la vivienda de sus padres, quienes han sido acusados por matar presuntamente a sus hijos. Los forenses del caso han descrito que los niños murieron por "repetitivos" impactos y con una "tremenda violencia".
Las muertes de Amiel y Ixchel
Los forenses han descrito que el niño, Amiel, murió al recibir numerosos golpes de extremada violencia pero que no pueden determinar "si intervinieron una o más personas" aunque sí han explicado que, al tratarse de un niño pequeño, "un adulto se bastaría". El parte de la autopsia indica que falleció "por un severo traumatismo craneoencefálico sin haber encontrado síntomas de ahogamiento ni lesiones de defensa y lucha". Por los signos encontrados en el cráneo del pequeño, "muy probablemente" fue asesinado "cogiéndole de los brazos y golpeó violentamente contra una superficie como ésta (refiriéndose al borde la piscina de la vivienda donde se encontraron manchas de sangre)".
Por otra parte, los forenses han descrito el cuerpo de la pequeña de seis meses, Ixchel, como un "destrozo evidente" con "partes reducidas a pasta" provocadas por unas "lesiones de tal intensidad que le provocaron la muerte instantánea". Han explicado que la muerte del bebé fue, a diferencia de su hermano, por ser "golpeada con un objeto que pudiera ser una teja por el torno arcillosos" y que por "la limpieza de los bordes de la piel", podría tratarse de una superficie "más lisa, curva y menos rugosa que el borde de la piscina".
La muerte de los dos niños se produjo entre las diez de la noche y cuatro de la madrugada del 14 de marzo de 2019 y no se han detectado señales de que fuesen drogados antes de su asesinato.
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