Coronavirus

Gallegos y asturianos, los primos hermanos separados por las restricciones del coronavirus

Este fin de semana termina el estado de alarma y las comunidades deciden sus propias restricciones. La pandemia marca la vida del planeta y crea fronteras entre territorios. Así viven gallegos y asturianos su separación forzosa en las zonas fronterizas.

Gallegos y asturianos, los primos hermanos separados por las restricciones del coronavirus

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Termina el estado de alarma y las restricciones serán distintas en cada comunidad autónoma.. Los cierres perimetrales que han afectado a todo el país, durante más de seis meses, han sido especialmente duros en las zonas fronterizas.

Problemas sentimentales y económicos

"Estamos deseando volver a vernos, la vida no es la misma sin los asturianos por nuestras calles". Es el sentir de los vecinos de Ribadeo, en Lugo, frontera con Asturias y lugar de reunión, sobre todo los fines de semana, de los gallegos y sus vecinos. "Aquí vienen a pasear, a comprar, a nuestros bares, a comer...", comenta otra mujer.

Y es que más allá del aspecto afectivo, que existe y está muy arraigado, "todos tenemos familia al otro lado del río Eo. Todos", dice el alcalde de Ribadeo; la merma económica no se hizo esperar desde el inicio del estado de alarma. "Yo vendía un 50% más de lo que he conseguido vender durante este más de medio año", explica Manuel con los cupones de lotería en mano. Está deseando volver a salir a la calle este fin de semana y encontrar nuevos compradores, compradores vecinos.

Volverán a ser primos hermanos

"Durante siglos hemos pasado de un lado a otro a diario y esto ha sido realmente extraño para nosotros", sostiene Fernando Suárez, edil de Ribadeo. Hasta ahora, solo se han permitido los viajes justificados para cruzar el histórico puente de Os Santos, para navegar el río Eo hasta la otra orilla, o para subirse al coche y conducir durante dos escasos minutos hasta llegar a Asturias.

Los gallegos y los asturianos volverán a cumplir con el dicho y la tradición, volverán a ser primos hermanos, después de que la pandemia se convirtiese en su propia frontera.