Los científicos llevan tiempo señalando que la erupción de El
Hierro ha provocado toda una explosión de vida en el Mar de Las Calmas, algo
que los buceadores de la isla están notando este año en forma de una inusual
abundancia de cetáceos, que ofrecen escenas muy difíciles de ver hasta ahora.
Es el caso del Club de Buceo de La Restinga, cuyos responsables
tuvieron la oportunidad de filmar anteayer, martes, una escena raramente
observada, salvo en documentales muy especializados: una enorme ballena lanzándose
a toda velocidad para engullir un banco de peces, antes de que se los comieran
un grupo de delfines.
La escena está grabada durante la inmersión y muestra a un gran
rorcual emergiendo rápidamente hacia la superficie, abriendo de par el par sus
enormes mandíbulas para abarcar todo el cardumen. "Fue muy emocionante. Es
fácil grabar ballenas en el Mar de Las Calmas, pero captar un momento así... Es
un golpe de suerte", relata Kike Vargas, uno de los responsables del club
La Restinga, que en ese momento estaba buceando en las aguas del sur de El
Hierro.
Vargas relata que este año está siendo "excepcional" en
avistamientos y que el Mar de Las Calmas -candidato a convertirse en el primer
Parque Nacional Marino de España- está "repleto" de cetáceos, de
otras especies difíciles de ver, como las rayas, y de animales excepcionalmente
esquivos, como el tiburón solrayo. Este profesional del buceo no tiene duda de
lo que está ocurriendo. "Es el volcán. El mar está lleno de vida",
resume.
Su afirmación se basa en algo más que una intuición. El Instituto
Español de Oceanografía (IEO) y las dos universidades canarias han publicado ya
varios artículos en revistas científicas de primer nivel que demuestran que la
erupción de 2011 fertilizó el mar con emisiones de hierro y otros minerales, y
sigue haciéndolo todavía.
"Este año es especial. El mar está lleno
de rorcuales y delfines y los pescadores de la zona siguen cogiendo atunes, a
pesar de que ya no es temporada", relata. Su experiencia corrobora que el
mismo volcán que durante unos meses borró todo rastro de vida en esos fondos
marinos y tuvo en vilo a toda la población de El Hierro ha devuelto a Las
Calmas su condición de gran reserva de la biodiversidad y también su vitola de
destino especialmente codiciado por los buceadores de todo el mundo.