Gran Canaria

El guardia civil que asesinó a su mujer en Canarias confiesa que "hirvió, congeló y secó" los trozos descuartizados

El acusado descuartizó a su mujer en el baño e hirvió algunas partes del cadáver; otras las congeló y otras las puso a secar sobre unos plásticos. Luego, guardó los restos óseos en una mochila y los fue tirando por distintos puntos de la isla.

Agente de la Policía Canaria junto a un coche patrulla.

Agente de la Policía Canaria junto a un coche patrulla.Gobierno de Canarias

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El 18 de marzo de 2020, María Dolores desapareció sin dejar rastro en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria. Durante estos cinco años, su marido defendió que la víctima se marchó de manera voluntaria y, para respaldar su teoría, presentó una carta escrita supuestamente por Dolores y acompañada de su anillo de bodas.

Miguel Gallego, guardia civil jubilado de 70 años, confesó que asesinó y descuartizó a su mujer después de que las autoridades descubriesen que la carta había sido escrita por él y le llamasen para declarar como testigo.

"Los huesos que se encontraron estaban a simple vista"

Fran Fajardo, periodista.

Gallego mató a su mujer después de una discusión y esparció sus huesos en distintos puntos de la isla. En el programa 'Y ahora Sonsoles', Fran Fajardo, periodista de Canarias 7, aseguró que "los huesos que se encontraron estaban a simple vista" y que el acusado "no hizo nada para ocultarlos".

Actualmente, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de Las Palmas está cotejando los restos óseos hallados en los lugares que el acusado reveló a las autoridades. A estas pruebas se suman las recogidas en el domicilio de la Playa del Inglés, donde tuvo lugar el asesinato, y en el otro inmueble de Gran Canaria en el que encontraron diferentes herramientas, entre ellas un cuchillo.

Según ha informado Fajardo, el acusado descuartizó a su mujer en trozos de cinco centímetros: "Estamos hablando de unos hechos totalmente macabros".

El perfil del asesino

Miguel Gallego estuvo cinco años mintiendo y llevando una doble vida, creyendo que había cometido el crimen perfecto. Gracias a su profesión, el acusado conocía los movimientos y la forma de actuar de las autoridades, por lo que no le costó preparar una coartada, esconder pruebas e inventar diversas versiones.

El asesinato

El matrimonio se había trasladado a Canarias en 2014, después de que viviesen un tiempo en Barcelona por el trabajo de Gallego. A pesar de que el asesinato tuvo lugar en 2020, Gallego no habló con la policía hastael 11 de marzo de2021.

La versión que le proporcionó el acusado a las autoridades en un primer momento relataba que había discutido con su mujer y que esta le había abofeteado. Él decidió salir de la casa y, cuando regresó, se encontró con una carta escrita por María Dolores y su anillo de boda.

En la misiva, la víctima le pedía que no la buscara e insistía en que no quería saber nada de él ni de las dos hijas que compartían. Sin embargo, todo era mentira, no había desaparición voluntaria; María Dolores había sido brutalmente asesinada.

Imagen de María Dolores.
Imagen de María Dolores. | SOS Desaparecidos

Después de cinco años, confiesa el crimen

Las autoridades lo tuvieron desde un primer momento en la lista principal de sospechosos y, a pesar de los numerosos esfuerzos por no dejar pruebas y cubrirse bien las espaldas, los agentes consiguieron demostrar esta semana que su versión era falsa. Gallego sólo confesó cuando vio que estaba acorralado.

"La descuarticé en trozos pequeños, de unos cinco centímetros"

Miguel Gallego, asesino confeso de su mujer.

"Discutimos, se desnucó y la descuarticé en trozos pequeños, de unos cinco centímetros", declaró el acusado este martes en un interrogatorio.

Una vez confesado el crimen, el acusado está colaborando con las autoridades y ha aportado detalles de cómo eliminó las pruebas y cómo se deshizo del cuerpo de su mujer.

¿Cómo se deshizo del cadáver?

Según informaron a LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas fuentes cercanas al caso, en una actitud calmada e imperturbable, el acusado explicó a los agentes que descuartizó a su mujer en el baño y que hirvió algunas partes del cadáver; otras las congeló y otras las puso a secar sobre unos plásticos colocados en el suelo de la casa.

Gallego descuartizó el cadáver con las herramientas que encontró por su casa: "Una sierra, un martillo y un cuchillo". Los trozos de menor tamaño los metió en una olla para que no desprendiesen ningún olor. A su vez, guardó los restos óseos en una mochila y se desprendía de ellos cada vez que salía de casa, esparciéndolos siempre por la zona sur de la isla.

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