Hallazgo
Hallan restos óseos en Huéscar que podrían pertenecer a una niña desparecida hace 42 años
Tras el aviso, la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y un equipo del GREIM (Grupos de Rescate e Intervención en Montaña) descendió a la cueva, donde hallaron más restos óseos, algunos de ellos pertenecientes a una a persona adulta.
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Los restos humanos encontrados en una cueva de difícil acceso en Huéscar, Andalucía, podrían corresponder a Dolores García Rodríguez, la niña de 10 años desaparecida en Cúllar el 30 de octubre de 1983. Así lo han indicado fuentes cercanas a la investigación, aunque todavía se espera la confirmación oficial de los análisis de ADN.
El hallazgo se produjo en diciembre de 2023, cuando un pastor de la zona descubrió la sima del Carrascal y notificó la presencia de huesos a un grupo de espeleología. Debido a la complicada geografía del lugar, la Asociación Espeleológica Velezana se sumó a la inspección, identificando un cráneo que, por sus características, pertenecería a un menor de entre 9 y 11 años.
La Guardia Civil se hizo cargo con la investigación
Tras el aviso, la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y un equipo del GREIM (Grupos de Rescate e Intervención en Montaña) descendió a la cueva, donde hallaron más restos óseos, algunos de ellos pertenecientes a una persona adulta. Los restos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal y a una universidad para su análisis.
Desde el inicio de las pesquisas, surgieron especulaciones sobre la posibilidad de que los restos pertenecieran a Dolores García Rodríguez, cuyo caso quedó marcado en la memoria de la comarca tras su desaparición en plena celebración de las fiestas locales. En 2010, ante la falta de noticias y tras años de infructuosa búsqueda, sus hermanos solicitaron al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Baza que se declarara oficialmente su fallecimiento.
La petición quedó reflejada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 23 de febrero de ese año.
El caso, que sigue bajo secreto de sumario, ha generado múltiples hipótesis a lo largo de décadas. En el seno de la familia siempre se sospechó que la niña fue sacada de su casa y posteriormente desaparecida. En la comarca, algunas versiones apuntan a que el posible responsable del crimen ya habría fallecido.
Sin embargo, a pesar de los avances en la investigación, aún no se han hecho públicos los resultados de las pruebas genéticas que podrían confirmar la identidad de los restos. Esa incertidumbre ha alimentado la inquietud sobre por qué, después de dos años, no se ha esclarecido completamente el caso.
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