Galicia
Helados para perros, el invento de una empresa gallega pionera en Europa: "Les refresca y les hidrata"
No tienen azúcares ni grasas, están especialmente diseñados para animales y, lo más importante, les encantan. Una idea revolucionaria que está presente ya en 22 países.
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El chocolate, la vainilla o la nata se transforman en este caso en bacon, pollo con manzana o salmón. Estos son los sabores de los helados que ofrece 'YowUp'. Pueden sonar poco apetecibles para el humano, pero les aseguro que si pudiéramos escuchar a Cooper, el veredicto sería contundente. De hecho lo es, a juzgar por como deja las tarrinas.
Cooper es un cruce de shar pei de 12 años que ya devoraba los yogures de esta marca gallega, y que ahora se sacude el calor con los helados. "Se vuele loco por los lácteos normales, pero no son buenos para ellos, estos son la alternativa perfecta", explica su dueña, Alba García.
Pablo Gómez es el director general de la empresa que ha lanzado este producto revolucionario. 'YowUp' creó el primer yogur para animales de Europa y ahora ha hecho los mismo con el helado, al menos con estas características. Se exporta ya a 22 países y continúa creciendo, esperan llegar a 30 antes de terminar el año.
"No contienen grasas, ni azúcares ni lactosa"
"Les refresca y les hidrata", explica Pablo. "Se trata de una fórmula pensada para ellos. No contienen grasas, ni azúcares, ni lactosa, y además tienen prebióticos que les vienen bien a nivel digestivo". También aportan calcio, muy importante para los huesos de perros y gatos.
En resumen, un producto cuidado al detalle para contribuir a la alimentación de las mascotas, cuya presencia es cada vez mayor en los hogares españoles.
En el conjunto de país se calcula que hay unos 10 millones de perros y unos 5 de gatos. Un mercado que solo en comida mueve unos 1.200 millones de euros y que crece a un ritmo de un 3% anual. Ahí es nada.
Se conserva a temperatura ambiente
Para facilitar el transporte y la logística en las tiendas, este helado se conserva a temperatura ambiente: "Se compra en tarrinas a temperatura ambiente y se mete en el congelador para convertirlo en helado. Con media hora es suficiente. La tarrina lleva su tapa y se puede guardar lo que sobre sin problema", expone el director.
Amante de los animales, como no podía ser de otra manera, Pablo Gómez cuenta además con varios años de experiencia en el sector lácteo. De ahí que tanto él como sus socios decidiesen dar el paso.
"Galicia es la comunidad láctea por excelencia, un proyecto como éste tenía que surgir aquí", asegura. Y con esto parece que el pack está completo: materia prima, formación, experiencia y una idea pionera.
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