Un incendio que está ya controlado pero permanece activo después de más de doce horas ha arrasado este domingo la planta principal de Campofrío, en Burgos, donde trabajan un millar de empleados.
El incendio se originó a las 6:45 de la mañana del domingo por causas que aún no se han determinado, aunque la primera hipótesis apunta a un cortocircuito, si bien será fundamental la información que se pueda obtener una vez sea posible acceder al interior de la planta, donde todavía hay rescoldos y la temperatura es muy elevada, han informado fuentes municipales y de los bomberos.
A la gravedad del incendio, que desprendió una gran cantidad de humo, se sumó durante horas el riesgo de que las llamas reventaran alguna tubería de distribución de amoniaco del interior de la fábrica o alcanzaran a un gran depósito de suministro, lo que hubiera agravado mucho la situación, dada su alta toxicidad.
En las tareas de extinción y apoyo han participado unas doscientas personas, entre policías, bomberos, personal sanitario y de apoyo, parte de los cuales, incluidos varios equipos del servicio sanitario de Castilla y León que permanecen todavía en la zona. El Ejército ha aportado equipos electrógenos para que sea posible seguir trabajando durante la noche, mientras se mantiene activado el Plan de Emergencia Municipal y se siguen realizando mediciones ambientales periódicas para detectar cualquier riesgo de toxicidad.
La Sala de Emergencias, constituida por el Ayuntamiento hacia las 9:00 horas -de la que forman parte el alcalde, el subdelegado del Gobierno, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Policía Local y el Cuerpo de Bomberos de Burgos- decidió la evacuación de unos cuatrocientos vecinos de los barrios de Cótar y Villafría de Burgos, próximos a la planta incendiada.
Los 1.000 trabajadores de la planta, en vilo por su futuro
Los vecinos pudieron regresar a sus casas a media tarde, tras controlar las llamas y realizar una medición ambiental que concluyó que los niveles tóxicos en la atmósfera son negativos, con cero partículas de amoniaco, lo que descarta el temor a que hubiera reventado alguna de las tuberías que distribuye esta sustancia por el interior de la factoría incendiada.
Aún así, se ha recomendado a los vecinos que se mantengan en el interior de sus viviendas con las ventanas cerradas, ya que la extinción total del incendio podría llevar dos o tres días más. También se ha decidido reabrir las carreteras del entorno de la planta, cortadas desde primeras horas de la mañana, salvo un tramo de la ronda de circunvalación BU-30 más próximo a la factoría.
La dirección de la empresa ha mantenido una reunión con los trabajadores tras la que ha anunciado que realizará las actuaciones necesarias para reanudar la producción "cuanto antes". Campofrío ha enviado a los medios de comunicación una nota con un mensaje de "tranquilidad a sus empleados, clientes, proveedores y consumidores", al tiempo que agradece el apoyo y la solidaridad recibida del Ayuntamiento de Burgos, la Junta de Castilla y León, La Delegación de Gobierno y otras instituciones y ciudadanos burgaleses.
Los responsables de la multinacional se muestran conscientes de los daños del siniestro sobre su actividad y aseguran que la compañía ha tomado "las medidas necesarias para garantizar el suministro de sus productos al mercado a través de sus otras fábricas, tanto en España como en otros países del grupo". El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ha convocado un pleno extraordinario para mañana a mediodía como respaldo a la planta de Campofrío y a sus trabajadores.