Galicia
Ingresado en Vigo con quemaduras internas tras beber agua con gas embotellada: "El dolor era insoportable"
Pablo González, originario de Salvaterra do Miño, permanece ingresado en el Hospital Ribera Povisa, en Vigo, desde el pasado sábado 12 de abril. Sufrió graves quemaduras internas al beber un trago de agua con gas embotellada en un bar.

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Lo que debería haber sido una comida tranquila con amigos de convirtió en una situación grave, de emergencia, que aún hoy no tiene respuestas claras.
El sábado 12 de abril, Pablo pidió una botella de agua con gas en un bar de la zona de Pizarro, en Vigo. “Me la trajeron cerrada, de cristal, con rosca, acompañada de un vaso con hielo y limón. Nada fuera de lo normal”, cuenta desde su habitación del hospital.
Abrió la botella, sirvió el contenido y dio un pequeño sorbo. Fue inmediato: “Me extrañó muchísimo el sabor, era como demasiado gaseoso. A los pocos segundos empecé a notar una quemazón fuerte en la boca”.
Instintivamente, cogió la Coca-Cola de un amigo que estaba con él y le dio un trago intentando mitigar la sensación, pero el dolor no cesaba. “Preguntaba qué era eso, no entendía nada. Fui corriendo al baño, pero no llegué. El dolor, los nervios, la falta de oxígeno… no podía ni andar. Una amiga me ayudó hasta el grifo, bebí toda el agua que pude, y les dije: ‘Llevadme a urgencias, me estoy quemando por dentro’”.
El primer centro médico, el PAC, no pudo asistirle y fue trasladado en ambulancia al Hospital Povisa. “Me pusieron todos los calmantes posibles, pero el dolor era insoportable. Me dijeron que no vomitara, que podía empeorar las lesiones, y que no podían hacerme un lavado de estómago por el mismo motivo”, relata Pablo.
Por la noche, los médicos le realizaron una gastroscopia. “Vieron el estómago completamente negro, chamuscado. También parte del esófago estaba dañado”. Según los facultativos, las lesiones podrían haber sido provocadas por una sustancia corrosiva, posiblemente un tipo de sosa cáustica, aunque aún no hay confirmación oficial. La botella y el vaso fueron entregados a las autoridades y la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación.
Solo quiere que se aclare qué pasó
“La Policía Local fue al bar ese mismo día, revisaron las cámaras, y luego pasó todo a manos de la Policía Nacional”, explica Pablo. Tanto la marca de agua como el propietario del local se han mostrado preocupados y han intentado contactar con él. “Han sido muy atentos, vinieron a visitarme. Hoy mismo me iba a ver el dueño del bar, pero justo me bajaron al quirófano para otra gastroscopia de control”.
Aunque agradece la atención recibida, su principal preocupación es otra: “Lo que más me inquieta es saber qué pasó exactamente y quién es responsable. No por buscar culpables, sino para que no se repita. A mí me ha pasado por un pequeño sorbo… si le llega a pasar a un niño, no sé cómo habría acabado esto”.
A pesar de la gravedad del incidente, Pablo intenta mantener el humor. “Después de esto, creo que voy a dejar el agua con gas. Está claro que la vida ‘fit’ a veces te pasa factura”. Espera que su caso sirva como alerta. Aún no puede comer con normalidad y su recuperación será lenta. “Vamos a ver cómo evoluciona todo en los próximos meses, pero estoy agradecido de estar contando esto”.
La investigación continúa abierta, y tanto autoridades como médicos esperan aclarar el origen de la sustancia que casi le cuesta la vida a Pablo. Mientras tanto, él solo pide una cosa: “Que no le pase a nadie más”.
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