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ALREDEDOR DE 200.000 ESPAÑOLES VIVEN EN REINO UNIDO
Los inmigrantes europeos que trabajan en Reino Unido generan más ingresos fiscales que gastos
En Reino Unido residen españoles que llegaron hace décadas al país con un contrato de trabajo. Algunos de ellos han votado a favor de la salida de la Unión Europea porque consideran que los inmigrantes hacen el mismo trabajo que un británico por un salario inferior. En cambio, otros españoles creen que servicios como la atención sanitaria no podría sostenerse sin los inmigrantes.
Romford, una población situada a tan solo 20 kilómetros de Londres, es uno de los bastiones del Brexit. En ella, conservadores y mayores de 50 años, dicen sentirse cansados de que Bruselas decida por ellos. Una vecina declara que estarán mejor fuera de la Unión Europea por la inmigración. En sus calles, el sentimiento antieuropeo late con fuerza. Siete de cada diez votantes quiere abandonar la Unión Europea y limitar la entrada de inmigrantes en el país.
El diputado del Partido Conservador, Andrew Rosindell, explica ante los medios que es tarea de los británicos decidir "quién entra en Gran Bretaña o no" y considera que "abandonando la Unión Europea volveremos a tomar el control de nuestras políticas de inmigración".
Precisamente, el control de las fronteras conduce al punto de reunión de una generación de españoles que emigró a Inglaterra hace ya más de medio siglo.
Allí, Maruja Fraga, una jubilada que reside en Londres, dice sentirse muy española, pero al mismo tiempo agradece a Inglaterra la oportunidad que le ha brindado, porque cuenta que mucho de lo que tienen es "gracias a este país". Cuando ellos llegaron a Inglaterra, se les exigía un permiso de trabajo para poder entrar en el país y hasta el cuarto año no obtenían la residencia.
José Luis Barbero, otro jubilado que asiste al punto de reunión, cuenta que cada año debía ir a renovar sus datos, hasta el cuarto año que "nos decían que éramos libres y podíamos hacer lo que quisiéramos".
"La piedra angular del Brexit ha sido el sentimiento contra el inmigrante"
Lourdes Álvarez, una española que también llegó hace 55 años a Reino Unido, explica que ella es inmigrante, pero que cuando llegó por primera vez al país, "era otra clase de inmigración". Explica que ahora llega mucha más gente y sin contrato de trabajo, a diferencia de ellos, que sin contrato no podían entrar.
El caso de Álvarez sorprende, pues es firme defensora del Brexit y aboga porque el trabajo se dé a la gente de Inglaterra. Lamenta que sus nietos, que residen en Reino Unido, no encuentran trabajo pese a estar preparados, porque los inmigrantes lo hacen por un salario inferior, por ello toda su familia ha votado por salir de Europa.
El empresario español Fernando Ripollés, residente en Reino Unido, cuenta que el país está dividido y que aquellos con pensamientos xenófobos se sienten con la libertad de decir aquello que antes no se atrevían, después de que ganara el Brexit.
Fernando lleva 20 años en Londres y tiene la residencia permanente, pero por primera vez confiesa sentirse extranjero en un país que le ha dado muchas oportunidades. Cuenta que "la piedra angular del Brexit ha sido el sentimiento contra el inmigrante" alegando que llega al país a aprovecharse de los servicios públicos.
El triunfo del Brexit ha hecho que este español se replantee su futuro en Reino Unido pese a que su mujer y sus hijos son británicos. Aunque no tiene nada claro porque explica que no se sabe qué va a pasar y cuenta que los ciudadanos son "peones" a quienes los políticos utilizan para sus negociaciones.
La incertidumbre sobre el futuro de Reino Unido se contagia a la 'City' en Londres, el corazón financiero de Europa. Allí, bancos y multinacionales de todo el mundo amenazan con marcharse a otra capital europea.
La mayoría de los 700.000 británicos que residen en España son jubilados
Un caso contrario al del famoso cocinero español galardonado con tres estrellas Michelín, David Muñoz, que recientemente ha inaugurado un restaurante en la capital británica y en el que ha invertido más de dos millones de euros. Muñoz explica que este proyecto comenzó estando en la Zona Euro pero se ha abierto "casi estando fuera del Euro" por el Brexit.
El cocinero cuenta que "Londres es una ciudad que bebe de influencias, de culturas, de negocios, de todas las partes del mundo". En su restaurante, los cientes son atendidos directamente en la barra por 20 cocineros internacionales, por lo que si se limitara la entrada de inmigrantes, se podría frenar la llegada de talento al país.
Alrededor de 200.000 españoles viven en Reino Unido. En su mayoría, jóvenes preparados que trabajan en bares y hoteles
Según Muñoz, el Brexit hará que algunas cosas "sean un poco más difíciles", lo que obligará a que en alguna ocasión "tengamos que esforzarnos un poco más y ser más ingeniosos para buscar soluciones a algunos problemas que antes no íbamos a tener".
El español José Salcedo, un ingeniero de telecomunicaciones, se mudó a Londres en busca de trabajo y consiguió un empleo de camarero.
Alrededor de 200.000 españoles viven como José en Reino Unido y pese a tener formación universitaria, acaban trabajando de camareros o limpiando habitaciones de hotel. Los inmigrantes se preguntan si quienes han votado a favor de salir de la Unión Europea desarrollarán estos trabajos, que de momento, ocupan los extranjeros.
Antonio Carreira es propietario de un bar en Inglaterra. Cuenta que los españoles ocupan puestos de trabajo que no harían en España porque a cambio de ello pueden aprender inglés.
El Gobierno amenaza con restringir el acceso a estudiantes y empleados europeos, pero sus puestos de trabajo suponen u problema para iniciar la desconexión de Europa y han puesto el foco en la sanidad: quieren que en diez años todos sus médicos sean británicos.
María García de Frutos, una enfermera española que trabaja en Reino Unido, considera que este plan es "insostenible" porque según su opinión, el sistema sanitario no podría sobrevivir sin los inmigrantes. Otra enfermera española, Amaya Ibarrolla, cuenta que en el hospital donde trabaja, el 90% del personal es extranjero.
Ambas jóvenes son un ejemplo de los 12.000 enfermeros españoles que trabajan en Reino Unido, sin los que la atención sanitaria se saturaría.
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