Parricidio

Los interrogantes sobre la niña muerta en Gijón: una búsqueda a la desesperada, pastillas y depresión

Una mujer ha sido detenida en Gijón como presunta autora de un parricidio, después de que se la encontrara en la cama junto a su hija pequeña, ya muerta. Contamos lo que se sabe por ahora del caso.

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Gijón ha empezado la semana de la peor forma posible, con una mujer detenida como presunta autora de un suicidio colectivo en el que habría envenenado a su hija con pastillas y ella habría tratado de quitarse la vida posteriormente. La niña ha muerto y se está investigando lo ocurrido, aunque todo apunta a un posible parricidio, en el que la mujer detenida ha requerido atención médica durante horas en su propio domicilio, antes de confirmarse su detención.

Uno de los detalles a tener en cuenta es que el padre de la niña, que había estado con ella dos días antes (los padres estaban separados), había tratado de dar con su exmujer durante todo el día anterior, sin obtener respuesta. Los médicos creen que la mujer padece depresión, y que podía haber tratado de suicidarse junto a la menor, pero solo mató a la niña, puesto que los primeros análisis descartan que ella ingiriera suficientes barbitúricos como para morir.

En palabras del psiquiatra forense José Carlos Fuentes, todo indica que ha sido un intento de suicidio que achaca al llamado 'homicidio por compasión': "Los datos dan la impresión de que la madre hace ingerir a la niña estas sustancias, que no son fáciles de conseguir, y una vez que la niña ya ha fallecido, pues ella hace una ingesta también con supuestamente una idea suicida". Sin embargo, la madre ha logrado sobrevivir, y la niña ha sido quien ha terminado muriendo.

¿Puede la madre ir a la cárcel?

Si se prueba que ha sido la madre quien ha acabado con la vida de la niña, deberá ir a juicio por un delito de homicidio, el cual puede llegar a ser agravado si se demuestra que lo ha cometido con premeditación y alevosía. No obstante, los psicólogos y psiquiatras jugarán un papel fundamental, puesto que podrían librarla de que entre en prisión si se demuestra que padece algún tipo de enfermedad mental grave que no le hiciera ser consciente de sus actos.

Un caso con ciertas similitudes que ha ocurrido recientemente ha sido el del secuestro de un bebé en Basurto, donde se demostró que la mujer que raptó al recién nacido padecía un trastorno mental, siendo inmediatamente puesta en libertad. La medida fue muy criticada y, aunque ella se ha librado por ahora de la cárcel, y, a diferencia del parricidio en Gijón, el bebé raptado se encuentra sano y salvo, su secuestradora ha pedido el ingreso voluntario en un psiquiátrico para recuperarse de la dolencia mental que padece y que algo así no vuelva a ocurrir.

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