Decenas de personas perdieron a algún familiar en las residencias de ancianos durante el coronavirus. Médicos sin Fronteras advierte de que el riesgo de que la pandemia vuelva a cebarse con estos centros no ha bajado. Denuncian que siguen sin estar preparados, que faltan personal, medios y formación.
En un duro informe la ONG señala el abandono de los mayores durante el coronavirus. Se estima que un 70% de los fallecidos de coronavirus lo han hecho en residencias de ancianos y que a un 45% se le negó el traslado a un centro hospitalario.
Una residencia convertida en un infierno. En el centro de Bertrán i Oriola, en Barcelona, de 92 residentes fallecieron 21, aunque los familiares indican que han sido 42.
Una de ellas la madre de José María.
Los familiares denuncian a la dirección del centro por mala gestión. Solo cinco residentes no se contagiaron, entre ellas la madre de Mónica.
Ahora, y tras actuar en 500 centros, Médicos sin fronteras resume con 'poco, tarde y mal' la actuación en las residencias.
Los principales problemas detectados son la falta de planes, de materiales de protección, de formación o de protocolos de cuidados y despedidas. Problemas, que aseguran, aún pendientes de resolver y que con el coronavirus se han llevado por delante a cerca de 30.000 personas en residencias.