La frustración y el agobio son dos emociones presentes cada día en la vida de José y Petra, una pareja de ancianos de 85 y 82 años que lo ha perdido todo. Hace 50 años construían con sus propias manos una casa en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Corrían los años 60 y adquirieron un terreno que no estaba en absoluto equipado. Durante muchos años dedicaron sudor y esfuerzo a levantar un hogar que ahora podría quedarse el banco. Todo, por un engaño de su yerno.
Lucio Nieto era la pareja de María José, la hija de José y Petra. Mara José murió hace veinte años y sus padres se quedaron rotos de dolor. Lucio, aprovechando la flaqueza de unos padres que habían dedicado toda su vida a tratar de darle lo mejor a sus hijos, les pidió que firmaran un crédito de 300.000 euros poniendo su casa como aval.
A partir de aquí todo empezó a ir de mal en peor. A pesar de que por esos entonces a Lucio le iba aparentemente bien económicamente, José y Petra cedieron y firmaron llegando a un acuerdo familiar en que se establecía el que en caso de no devolverles el dinero les daría su piso.
En 2005, cuando Lucio dejó de pagar el crédito, José y Petra se encontraron con una desagradable sorpresa: el terreno estaba a nombre de otra persona como pago de otra deuda. El Banco Santander comenzó entonces a reclamar las liquidaciones del préstamo o procederían a un desahucio.
El segundo hijo de la pareja, José Ramón, ha iniciado una petición en Change.org para que el banco acepte un alquiler social. La campaña ya lleva más de 200.000 firmas.