Ganadería
Vídeo: Un joven ganadero gallego le pide matrimonio a su novia en un concurso de vacas
Justo cuando la vaca que Abel presentaba al certamen se hizo con el primer premio en su categoría, el joven sacó el anillo del bolsillo. El público le apoyó con un fuerte aplauso y lo más importante, la novia dijo el esperado sí.
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Con apenas 23 años, a Abel Carballo le sobra experiencia en concursos de ganado. En 2023 alcanzó el premio a mejor manejador en otra feria gallega, Feiradeza, por ejemplo. E incluso fuera de nuestras fronteras ha visto triunfar a sus ejemplares. El Cremona International Livestock Show, un prestigioso concurso italiano, también se rindió a su buen hacer.
Pero la hazaña que tenía por delante en la Moexmu (Muestra y Exposición de Muimenta) este fin de semana iba más allá de presentar una vaca. Su espectacular frisona, llamada Kergo Ozalid, impresionó a tanto a los asistentes como al jurado. Tanto es así que se alzó como ganadora de la categoría en un certamen de no poco nivel. Pero, con permiso de la pobre vaca, su triunfo se vio un poco eclipasado por lo que vino después. Suerte que Kergo conoce ya las mieles de la victoria, hace un par de meses ganó el certamen internacional organizado en la feria Gandagro, por lo que la cosa no le pillaba de nuevas.
Abel aprovechó ese momento, justo cuando su vaca se alzaba con el triunfo, para hacer la que probablemente haya sido una de las preguntas más difíciles de su vida, y no nos referimos a nada que tenga que ver con el mundo de la ganadería. Se trata del clásico: “¿Quieres casarte conmigo?”. Además con toda la ceremonia, anillo en mano y rodilla en el suelo, a la vieja usanza.
Lluvia de champán y aplausos del público
Nerea, una emocionada y tímida novia, no le dejó con las ganas. Sin soltar a Kergo Ozalid, que fue testigo en primera línea del momento, la joven le dio el sí quiero al ganadero. El primero de ellos, el siguiente será ya en el altar, cuando pongan fecha al enlace.
La vaca aguantó estoica la lluvia de champán que cayó inmediatamente sobre la pareja. Los amigos, conocedores de las intenciones de Abel y cómplices de la situación, estaban bien preparados para regar el momento y celebrar emocionados el futuro enlace. El público se unió también a la alegría y no faltaron los aplausos y felicitaciones. Todo con las reses bien presentes y sin perder detalle.
Rodeados de vacas y felicitaciones
El escenario fue, sin duda, lo más curioso de esta pedida, pero para ellos no podía ser de otra manera. En este contexto se conocieron, esta pasión comparten, y juntos habían preparado al ejemplar. Todo cargado de simbolismo para un matrimonio que puede dar mucho que hablar en el futuro en este sector.
Él se dedica a la ganadería en la explotación familiar A Lagoa Serabel, en Xermade, Lugo, junto a su madre y su hermano. Lo hace por vocación, como bien pregona cada vez que tiene ocasión. Ella, veterinaria, lleva la pasión por el ganado también en las venas. El tándem perfecto.
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