La joven que fue denunciada por ocupar sin autorización el piso de su abuelo materno, en la calle de Atocha de Madrid, ha declarado este martes en el juicio que quería independizarse y que "no tenía dónde ir", después de discutir con su padre, con el que convivía desde que salió de un reformatorio.
Paula E.M., de 18 años, y su pareja, Ainhoa M.V., de 20 años, están acusadas de un delito de usurpación en el juicio que este martes se ha celebrado en el Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid. Los hechos se remontan al pasado mes de mayo, cuando Vicente Moreda, de 87 años, presentó una denuncia en Cartagena contra su nieta, a la que acusa de haber ocupado uno de los pisos que tiene en alquiler para poder pagar la residencia de su esposa que padece alzheimer. Aseguran que "el alquiler en Madrid está muy caro" y que "no tenían a dónde ir".
El denunciante ha narrado en el juzgado este martes que se enteró a través de un conocido de la ocupación del piso, que disfrutaba cuando venía a la capital por la proximidad con la estación de Atocha, cuya cercanía le permitía coger un tren hacia Cartagena.
Ha negado así la versión de su nieta, quien sigue ocupando la vivienda y que sostiene que el piso estaba desmantelado. Durante su declaración se ha comprometido a marcharse "cuando pueda", pero mientras, está "dispuesta" a pagar un alquiler acorde al salario que percibe, de unos "50 o 60 euros semanales". Paula ha relatado que accedió a la vivienda sin comunicárselo ni al abuelo ni a su madre, con la que, según ha reconocido, mantiene mala relación.
"Intenté hablar de madre a hija, pero no quiso de ninguna manera", ha sostenido la joven, que ha añadido que rechazó una propuesta que su madre le hizo cuando ya había ocupado la vivienda: en el caso de que decidiera irse, su abuelo retiraría la denuncia. Según su relato, entró sola en el piso con una copia de las llaves que su padre tenía, con lo que ha negado que lo hiciera gracias a un cerrajero, como señala la acusación.