Violencia de género
Julia: "Te señalan, no quieres salir, no te quieres relacionar con nadie porque tú sientes que te juzgan"
Las mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural tardan, de media, 20 años en salir de la relación. Y la mayoría de los casos de maltrato se dan en localidades de pocos habitantes. Julia es un ejemplo de ello, nos relata en primera persona lo que supone sufrir esa violencia en un pueblo.
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Julia se casó con su agresor y pronto empezó a ver en él un comportamiento agresivo. Se quedó embarazada de su hija y esa agresividad, poco a poco, fue a más. “Empezó a insultarme y tuve un principio de aborto. Más de una vez tuvimos que llamar a la policía”, cuenta. Pero aguantó, no sabía que lo que estaba sufriendo era maltrato, “te lo enfoca de tal manera ves que eso es normal. Pasas a ser nula, ya no eres persona”, concluye. Llegó a justificar la violencia y dejó de escuchar a su hermana, que intentaba ayudarla: “Es como una adicción, es difícil porque te sientes culpable”, afirma.
Estaba sometida a violencia psicológica, a amenazas… “De repente vino, que nos quería atropellar. Él me decía: tú vas a llamar a la Guardia Civil pero yo a ti te meto bajo tierra”, explica Julia para resumir algunos de los episodios que vivió.
A todo esto se suma que Julia vive en un pequeño pueblo, de pocos habitantes: “Te señalan, no quieres salir, no te quieres relacionar con nadie porque tú te sientes como que te juzgan”. Así se sentía ella y es el ejemplo de lo que viven muchas víctimas de violencia de género en el mundo rural. En estas localidades es más difícil salir adelante, es más difícil contarlo y es más difícil denunciar.
Nos lo explica Sandra, del equipo de Violencia de género de la Guardia Civil: “Hay una doble victimización, se encuentran de nuevo juzgadas por la población”. Trabaja, junto a 3 compañeras más, con estas mujeres. Les hacen un seguimiento: “Las llamamos por teléfono normalmente y de riesgo medio para arriba, solemos ir a sus domicilios”, relata María, agente del mismo equipo. Cuando van a las casas, acuden sin uniforme para no exponerlas.
Mantiene la protección
Ellas nos cuentan que en estas localidades es más habitual que los agresores quebranten las órdenes de alejamiento. De hecho, la ex pareja de Julia lo hizo. A día de hoy mantiene esa medida de protección. Aunque la violencia de género en el mundo rural ya no está tan oculta como hace años, los expertos aseguran que aún queda mucho trabajo por hacer.
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