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PRIMER DÍA DE JUICIO
El padre de Nadia se escuda en el "no recuerdo" durante la primera sesión del juicio en el que se le acusa por estafa
Fernando Blanco y Margarita Garau están acusados de quedarse 1,1 millón de euros en donativos que recaudaron a través de una campaña solidaria, fingiendo que los fondos eran para tratar a su hija Nadia de una enfermedad rara. El padre ha asegurado hoy ante las preguntas de fiscalía que "no recuerda" dónde se encontraba el día en que supuestamente operaban a la pequeña.
El padre de Nadia, Fernando Blanco, se ha enfrentado este martes al primer día del juicio en el que se le acusa por estafa, al recaudar dinero para tratar a su hija de una enfermedad rara alegando que debía ser intervenida en EEUU.
Blanco ha negado que el único tratamiento que le dieron los médicos para Nadia fuese "un champú y una crema" y que aún a sabiendas de ello él creó una sociedad para recaudar dinero. De hecho asegura a preguntas de fiscalía que crearon dicho instrumento cuando les dijeron que no había tratamiento en España y que serían necesarios otros diferentes,
Preguntado por su situación económica el padre de la menor defiende que entre 2008 y 2009 trabaja como freelance y que vendía enseres personales "para seguir subsanando los tratamientos".
Se ha mostrado dubidativo cuando le preguntan si alguna vez ha hecho uso de un pasaporte falso y ha acabado contestando que no. Preguntado por si tanto él como la madre de Nadia Margarida Garau se encontraban en un hotel de Mallorca el 31 de enero de 2013 cuando supuestamente tendrían que estar operando a Nadia, Fernando Blanco ha contestado: "No recuerdo".
Fiscalía pide seis años de cárcel para cada uno. Fernando Blanco permanece en prisión desde que fue detenido, mientras que Margarida Garau está en libertad provisional.
La madre asegura que las donaciones se las llevaba el padre de la pequeña
La madre de Nadia, la niña que vivía en Fígols (Lleida) afectada de una enfermedad rara, Margarida Garau, acusada de presunta estafa al recaudar dinero para tratar a su hija, se ha desvinculado de la gestión de las cuentas este martes en la primera sesión del juicio y ha afirmado que era su marido, Fernando Blanco, quien administraba las donaciones.
"Desconocía el estado de las cuentas y ni siquiera tenía tarjeta de crédito", ha asegurado Garau en el juicio, en la Audiencia de Lleida, que juzga al matrimonio por apropiarse 1,1 millón de euros en donativos.
En el escrito de acusación, la Fiscalía pide seis años de cárcel para los progenitores por una presunta estafa a los donantes que aportaron dinero para tratar a la menor, de la que decían que estaba en peligro de muerte y que tenía que someterse a una operación en Estados Unidos.
La Fiscalía asegura que los acusados crearon la Asociación para la Tricotiodistrofia en Baleares en el año 2009 con el pretexto de recaudar fondos para el tratamiento de la enfermedad pese a que su verdadera intención era "obtener un lucro patrimonial ilícito" para destinar el dinero a su propio consumo y ocio.
En la actualidad la niña vive con una tía materna en Binissalem (Islas Baleares), municipio al que se trasladó en diciembre de 2016 cuando el juzgado dictó provisional para su padre y libertad con cargos para su madre, quien perdió su custodia y solo puede verla los fines de semana.
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