A lo largo de la historia muchas ciudades tuvieron que enfrentarse a epidemias. El coronavirus Covid-19 también está cambiando el urbanismo de muchas capitales del mundo. Más zonas peatonales, carriles bici, o incluso edificios diseñados para próximas pandemias.
Ciudades para la bici y el peatón
Semáforo verde para el peatón y para las bicicletas. Carriles bici comiendo espacio a los coches, por ejemplo, en Italia. "Estamos muy contentos" dice este peatón. Ese va a ser uno de los legados que nos deje el coronavirus, al menos a corto plazo. Ciudades como Roma, Nueva York o París trabajan ya en ampliar su red de kilómetros para ciclistas. En Italia y Francia se subvenciona la compra y la reparación de bicicletas. Como en el transporte público no es fácil mantener las distancias, urge que las ciudades vuelvan a repartir los espacios, que sean sostenibles y se adapten a las pandemias.
Que nos dice la historia
La Historia pone ejemplos. Londres y Nueva York transformaron desde el alcantarillado hasta su arquitectura para luchar contra epidemias. La gripe de 1918 hizo que cambiara la ubicación de los baños en las casas. Y una joya medieval como Dubrovnik, en Croacia, fue planeada para luchar contra dos epidemias: sus murallas la protegieron de la lepra y la peste.
La arquitectura y el mobiliario
La arquitectura que viene también estará marcada por el coronavirus: este jardín con forma de laberinto permitirá pasear guardando las distancias, y esta torre hospital ganó recientemente un concurso internacional de rascacielos. Es un centro médico de emergencia prefabricado, concebido para pandemias.
También el mobiliario urbano está empezando a cambiar durante la crisis del coronavirus. Bancos con mampara aún son un proyecto, surtidores de hidrogel como estos dos mil que ha instalado el ayuntamiento de París una realidad. Tanto como estos tiradores para abrir puertas con el antebrazo que encontramos en un supermercado de Finlandia. La idea parece tan simple como genial.