Según
ha informado la Guardia Civil, el británico está huido de la justicia de su
país desde 2006 y es uno de los delincuentes sexuales más buscado en Gales. El
otro, de nacionalidad española, aprovechaba su actividad de monitor de tiempo libre
para realizar grabaciones a menores con los que trabajaba utilizando cámaras
ocultas instaladas en cuartos de baño.
Dentro
de esta operación, coordinada por un grupo de trabajo internacional liderado
por el FBI, han sido detenidos en diferentes países decenas de personas de las
142 que estaban siendo investigadas.
Los investigadores han podido comprobar que los detenidos --que no están
relacionados entre sí-- habían facilitado la contraseña de acceso a su red
privada a más de 1.000 pedófilos de diversos países que en la actualidad están
siendo investigados.
La
Guardia Civil ha explicado que la localización del ciudadano británico fue
compleja, porque no tenía domicilio fijo y el lugar donde residía no constaba
en ningún registro oficial. Durante su detención intentó deshacerse de un
dispositivo de almacenamiento portátil con más de 80.000 archivos conteniendo
abusos a menores de edad de especial dureza, tanto por la edad de los menores
como por las prácticas a las que eran sometidos.
En
cuanto al español, adoptaba estrictas medidas de seguridad para ocultar su
identidad online. Por una parte, se conectaba a Internet habitualmente desde
redes inalámbricas en distintos establecimientos públicos, utilizando para ello
distintos dispositivos portátiles (al menos tres ordenadores y un teléfono
móvil), todo ello para evitar dejar el rastro digital. Además, en los últimos meses había
trasladado su actividad principal a la red TOR, que, entre otras
funcionalidades, destaca por permitir ocultar el rastro de navegación de sus
usuarios.
Dichos
comportamientos obligaron a los investigadores a desplegar un dispositivo
policial complejo que permitió finalmente su localización. Una vez identificado su lugar de residencia,
se procedió al registro de su vivienda. Del análisis de los dispositivos
incautados, se localizaron grabaciones realizadas por el detenido con cámara
oculta en el vestuario de un polideportivo, en las que se apreciaba a menores
completamente desnudos, así como su actividad como monitor de tiempo libre, lo
que le facilitó su acceso a estos menores.
Una
vez puestos los detenidos a disposición judicial, ambos ingresaron en prisión
provisional sin fianza. Dada la gravedad de los abusos a los que fueron
sometidos los menores de muy corta edad, que se aprecian en las grabaciones,
los dos se enfrentan a penas que podrían llegar hasta los 9 años de
prisión.
Durante los registros domiciliarios, los investigadores
intervinieron abundante material
informático, de cuyo análisis se han abierto nuevas investigaciones para
localizar a cientos de usuarios con los que los detenidos intercambiaban este
tipo archivos de contenido ilícito. La
operación ha sido desarrollada por agentes pertenecientes al Grupo de Delitos Telemáticos
de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.