Dos
días antes de producirse el trágico suceso, madre e hija acudieron a una
comisaria de la policía nacional en Zaragoza
para dar cuenta de la situación con respecto al agresor, pero no se tramitó
ninguna denuncia. El abogado de las
víctimas asegura que las dos mujeres salieron de la comisaria sintiéndose humilladas.
Pese a la confianza en la profesionalidad
policial, el abogado asegura que las dos explicaron con detalle que habían sido
amenazadas, que podían demostrarlo con grabaciones y que él poseía un arma.
Testimonios que la hija ha trasladado en las última horas a un juez de guardia
y por las que la policía ha abierto una investigación interna. Aunque la
versión policial es diferente. Cesar Lambea, Secretario General de la Confederación
Española de la Policía asegura que en la comisaria les ofrecieron la
posibilidad de denunciar, pero que lo rechazaron, y que en ningún momento se
habló de armas y que no se escuchó ninguna grabación.
Al tiempo, en Pollensa, Mallorca, dos guardias civiles declararán en calidad de investigados
en el juzgado de Inca por no atender a una mujer que acudió al cuartel a
denunciar a su marido por violencia de género. La mujer, que no puso la
denuncia, murió apuñalada por su pareja en el balcón de su casa 4 horas después.
