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Brote de listeriosis

La Junta de Andalucía anima a comer carne mechada tras el brote de listeriosis

El Gobierno andaluz ha lanzado una campaña de promoción de los cárnicos con el objetivo de relanzar su venta tras la crisis de la listeria y en plena campaña de Navidad.

En resumen

  • Cuatro consejeros de la Junta de Andalucía han visitado una de las fabricas y, por su puesto, han comido carne mechada
  • No es la primera vez que los políticos atajan comiendo las crisis alimentarias

La Junta de Andalucía ha puesto en marcha una campaña de promoción de los cárnicos de la región con el objetivo de relanzar la venta de estos productos tras la crisis de la listeria y en plena campaña de Navidad.

La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha incidido en que la Junta de Andalucía tiene "muy clara" la importancia del sector, que, ha incidido, "está en un buen momento". De hecho, las exportaciones de cárnicos en el primer semestre del año se han incrementado un 17,9 por ciento.

"Están requiriendo de nuestros productos por sostenibilidad pero también por sabor y salud", ha manifestado Crespo en su comparecencia, donde ha estado acompañada por los consejeros de Presidencia, Administración Pública e Interior, Elías Bendodo; de Empleo, Rocío Blanco; y de Salud y Familias, Jesús Aguirre.

Que los políticos intenten atajar 'a dos carrillos' las crisis alimentarias no es nuevo. Ya ocurrió con el mal de las 'vacas locas', cuando Miguel Arias Cañete era por entonces el ministro de Agricultuara, Pesca y Alimentación y, para disipar miedos, no dudó en comerse más de un chuletón de ternera. También dio buena cuenta de que no pasa nada por comer un yogur caducado por unos días.

La que tampoco dudó en comer pepino fue Clara Aguilera, consejera socialista de la Junta de Andalucia en 2011, respondiendo así a las acusaciones falsas que llegaban de Hamburgo y que acusaban a la hortaliza de causar una mortal epidemia.

Fraga Iribarbe se tiró al mar, literalmente, en Palomares hace más de 53 años para demostrar que la costa almeriense no era radiactiva.

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