Mercedes es una abuela que lucha para conseguir la custodia de su nieta. Su hija es toxicómana. Y los servicios sociales dieron a la pequeña, de cuatro años, a una familia de acogida.
El calvario de Mercedes empezó cuando su hija estaba embarazada y se dio cuenta que su hija consumía droga. Fue cuando aviso a los médicos para proteger a su nieta.
Al nacer la niña, que ahora tiene cuatro años, se la llevaron a una familia de manera urgente aunque Mercedes no esperaba que se llevaran a su nieta. Aunque lo peor fue cuando se enteró que la pequeña se encontraba en un proceso de preadopción.
Mercedes todas las semanas viaja de Chichala a Granada, donde vive su nieta con la familia que le quiere adoptar.
Una sentencia señala que la abuela es idónea para cuidar a la niña pero los servicios sociales de Cádiz han recurrido la sentencia. Mercedes asegura que "mientras viva seguiré luchando por mi nieta", tal y como hizo con su hija que ya ha superado la drogadicción.