Un hombre "raro" entró en el despacho de abogados del barrio de Usera preguntando por el jefe, Víctor Joel S.C, antes del triple crimen, al que la Policía ha dado máxima prioridad mientras baraja como móvil la venganza contra el dueño del bufete por asuntos que pudo llevar cuando fue asistente judicial en Perú.
Fuentes de la investigación han revelado a Efe que los agentes del grupo de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid tratan de averiguar si ese hombre que entró por la tarde en el despacho, situado en el primer piso del número 40 de la calle Marcelo Usera, fue quien perpetró el triple homicidio o si más tarde accedió al bufete alguna persona más. En cualquier caso, creen que el autor pudo ser ese hombre.
De hecho, una de las trabajadoras asesinadas -la secretaria y una abogada- llegó a avisar por teléfono al dueño de que una persona de aspecto "raro" le estaba esperando. Los investigadores, añaden las fuentes, han encontrado en el despacho restos de gasolina empleados para acelerar el fuego con el que presuntamente el autor o autores pretendían dificultar el esclarecimiento de los tres homicidios.
El primero, un cliente ecuatoriano, Pepe C.V., nacido en 1973, que había ido simplemente a recoger unos papeles y que yacía muerto con un golpe en la cabeza por una barra de hierro o palanqueta que se encontraba en el despacho, y no con un hachazo como en un principio se apuntó. Las otras dos asesinadas son María O.R., cubana de 46 años, a quien sus familiares y vecinos llaman Maritza, que repartía publicidad desde hace cuatro años en el despacho y que acababa de terminar la carrera, y Elisa C.G, también de origen latinoamericano. Una tenía un golpe en la cabeza y la otra fue acuchillada en el cuello. Ambas estaban parcialmente quemadas, mientras la Policía Científica analiza los vestigios que se llevaron anoche.
Aunque es todavía prematuro centrarse en una hipótesis, los investigadores no descartan una vendetta contra el dueño del despacho.