En el mundo anglosajón se conoce como 'cold case' (caso frío) al método, ampliamente estudiado en criminología, consistente en revisar, años después, una investigación sin resolver para buscar, desde una óptica policial diferente y gracias a los nuevos procedimientos científicos, alguna pista que ayude a resolverlo.
Eso es lo que ha ocurrido con la desaparición de David Guerrero Guevara, el 'niño pintor' de Málaga, en paradero desconocido desde el 6 de abril de 1987, cuando tenía 13 años. Según ha podido saber el periódico malagueño 'Sur', la Policía Nacional ha reabierto el caso y está reconstruyendo, paso a paso, la investigación que se hizo hace casi 33 años en busca de algún cabo suelto del que tirar.
Archivo del caso
El caso se archivó de forma provisional en 1996, tal y como consta en una resolución del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga a la que ha tenido acceso dicho diario. La ausencia de nuevas líneas de investigación y la prescripción de los posibles delitos hizo que el caso se cerrara.
De hecho, la familia de David tuvo que ver cómo se le daba oficialmente por muerto para desbloquear la herencia tras el falleciemiento del padre. Para su madre, Antonia Guevara, solo era un trámite legal y afirmó entonces, como hace ahora, que no pierde la esperanza de volver a ver a su hijo.
Pese su archivo judicial y la declaración oficial de fallecimiento, el caso ha permanecido todos estos años como un asunto pendiente del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Málaga, encargado de la investigación desde el principio.
Interpol mantiene activa la búsqueda, que la considera una de las desapariciones más desconcertantes por la ausencia de pistas e hipótesis sobre lo que le pudo pasar al crío. "Es como si se lo hubiera tragado la tierra, nunca encontramos una explicación", comenta a 'Sur' un veterano policía que llevó el caso.
En estos años, cada vez que llegaba un mando nuevo al grupo, seguía la rutina de desempolvar la investigación del 'niño pintor' y leerse los antiguos legajos del caso. Sin embargo, las nulas novedades que ha caracterizado los últimos 30 años de la investigación ha cambiado de forma radical después de dar al niño por fallecido. Se han seguido pistas, hasta las más inverosímiles, por España y por medio mundo, todas sin éxito.
Reapertura del cao
En abril del año pasado, los responsables de la Comisaría Provincial tomaron la decisión de retomar el caso del 'niño pintor'.
Los mandos de la comisaría malagueña decidieron que el asunto fuese revisado por unos ojos nuevos y un grupo diferente, a ser posible que estuviera fuera del edificio de la Comisaría Provincial. El encargo recayó en los agentes de la Unidad de Policía Judicial adscrita a los juzgados.
Los agentes , que llevan casi un año trabajando en el asunto con gran sigilo, están tratando de analizar el expediente desde un prisma distinto, sin contaminaciones externas. En esta nueva reconstrucción del expediente están colaborando los agentes del Grupo de Homicidios, que ha llevado el caso todos estos años, y especialistas de otras brigadas, como los de Policía Científica.
Su hermano
Paralelamente, Jorge Guerrero, el hermano mayor de David, y el periodista Daniel Carretero emprendieron una revisión del caso y, durante meses, se dedicaron a localizar y entrevistar, una por una, a todas las personas de los diferentes entornos del 'niño pintor': amigos, compañeros de clase, el mundo del arte...
La familia comenzó a recibir una serie de anónimos en los que se aportaba, entre información poco fiable, posibles pistas.
En abril del año pasado, el hermano y el periodista recurrieron a 'Sur' para pedir la colaboración ciudadana en la búsqueda de un nombre, Gervasio, un hombre vinculado a la peña 'El Cenachero', donde David tenía que haberse dirigido aquella tarde para recibir sus clases de pintura. Según el informante anónimo, Gervasio estaría implicado en la desaparición del menor.
También consiguieron algunos testimonios que consideran relevantes para la investigación. Localizaron a un testigo que situaría a David en la galería 'La Maison', donde se había citado con un periodista local para una entrevista a la que no se presentó; y a otros dos testigos que apuntaban a que el menor fue visto en las escaleras del edificio de la peña 'El Cenachero'.
Esos testimonios podían ser importantes porque, en la investigación oficial que se hizo en su día, la pista del 'niño pintor' se perdía en la misma puerta del domicilio familiar, en la barriada 25 Años de Paz, cuando su madre lo despidió desde la ventana de la cocina.
El crío tenía que coger un autobús para ir al centro. Ninguno de los conductores de las líneas que podía haber tomado llegó a verlo subir a su vehículo.
Jorge Guerrero y el periodista Daniel Carretero localizaron otras dos informaciones que situaban a David en el itinerario previsto. La primera, una nota del Gobierno Civil que indicaba que el crío fue visto a las 18:45 horas en la parada de autobús del mercado de Huelin, aunque no especificaba por quién. Y la otra, el testimonio de un antiguo delegado sindical que les aseguró haber visto al niño de pie dentro del autobús, desde la acera de enfrente.
La caricatura
Con el caso ya reabierto, se produjo otro desconcertante hallazgo que ha dado lugar a una nueva vía de investigación: una caricatura que dibujó días antes de su desaparición. En su momento, la policía la consideró una pista clave por la aparente similitud entre la fisonomía del hombre al que dibujó y la del ciudadano suizo que fue, durante años, el principal sospechoso del caso.
La vinculación entre este niño con el 'niño pintor' surgió del testimonio de una camarera de pisos que en 1990 declaró a la policía que, cuando limpiaba una habitación del hotel en el que trabajaba, encontró una servilleta en la que podía leerse "David Guerrero. Huelin".
Según dijo, ella misma la tiró a la papelera, por lo que nunca pudo ser cotejada ni comprobada esa versión. Aun así, los investigadores viajaron a Suiza para inspeccionar el laboratorio fotográfico del sospechoso, que para entonces ya había fallecido. No hallaron nada que lo relacionara con David.
Gema, su compañera de dibujo
El pasado octubre, la caricatura apareció en el buzón de una compañera de pupitre de David en las actividades extraescolares de dibujo. Gema, como se llama esta mujer, ya fue la destinataria del mismo hace 33 años. Ella lo entregó entonces a la policía y no volvió a verlo. Hasta que se topó con él tres décadas después al revisar la correspondencia en su domicilio, que no es en el que vivía entonces y en el que ni siquiera está empadronada.
Los investigadores han comprobado que, en el sumario, no está la caricatura original, por lo que creen que el documento que acabó en el buzón de Gema es el auténtico. ¿Cómo llegó hasta allí?
Si alguien dispone de información sobre el caso, se ruega que contacte con el 091 de la Policía Nacional. La familia también pone a disposición el móvil 695 929 909.